
En sólo seis semanas, los precios de los bonos del Tesoro estadounidense han aumentado de forma notable, mandando los rendimientos del papel a 10 años de vuelta al 3,2%, desde el 4% que habían tocado, un nivel muy parecido al del año pasado, cuando el terror dominaba el mercado. Pero "no dejen que las animadoras de Wall Street les convenzan de que la súbita caída en los costes de financiación supone el inicio de una nueva era que mantendrá los precios de los títulos arriba y los tipos de interés bajos en los próximos años", alerta la revista Fortune.
En una era volátil cuando existen pocas certidumbres sobre el futuro, hay sin embargo algo obvio según esta publicación: los bonos del Tesoro estadounidense están formando otra peligrosa y exorbitante burbuja.
"Estamos viendo un vuelo hacia lo seguro que no puede durar, y que está trayendo de nuevo a colación la teoría que dice que los inversores creen que siempre podrán vender ese papel a un precio mayor. Y hay que recordar que hace un mes éste rentaba un 4%", señala Allan Meltzer, de Carnegie Mellon.
Según este experto, los inversores que queden atrapados en la llamada Greater Fool Theory (la creencia de que siempre "habrá un tonto más grande" que te compre los títulos) van a "verse obligados a vender esos bonos del Tesoro con grandes pérdidas".
No exentos de riesgo
El nivel de rendimiento del 3,2% en la deuda pública de EEUU es insostenible, especialmente con la alargada sombra de la recuperación de la inflación pendiendo sobre ella.
Los rendimientos tienen dos partes: la tasa real y la prima de inflación. La deuda corporativa incorpora una tercera parte, la prima de riesgo, por lo que en teoría el riesgo de impago del papel soberano sería virtualmente cero.
Sin embargo, esto no significa que no sea arriesgado, nada más lejos de la realidad: la tasa real y la prima de inflación pueden oscilar bruscamente y tener movimientos abruptos como los que se están viendo ahora. Eso es porque dependen de la visión del futuro que tienen los inversores, una visión que puede pasar del optimismo al terror en un suspiro.
Un nivel insostenible
Ahora, ambas están muy bajas, especialmente la prima de inflación, que está descontando que a una década vista los precios van a aumentar menos de un 2% al año. Sus niveles no son sostenibles por dos motivos principales.
Primero, ambos están lejos de sus medias históricas, lo que siempre es una señal de peligro, alerta Fortune. Y segundo, teniendo en cuenta los peligros de oscilar entre enormes déficits y explosiones en la oferta de dinero, no sólo no deberían estar así de bajos, sino excepcionalmente altos.
Volver a la normalidad no va a ser nada fácil, advierte. Ni placentero.