
El mercado mira con cada vez más desconfianza a Grecia. Así lo refleja la evolución reciente de su deuda pública. El repunte del rendimiento de los bonos y del seguro contra el impago de los títulos helenos (CDS) enciende las dudas en torno a la credibilidad financiera del país.
Ayer, en Madrid, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, recomendó a España que rehaga en cuanto pueda sus cuentas fiscales para que no se sume a los países que "están realmente muy cerca de perder credibilidad". No mencionó nombres, pero el mercado lo está haciendo en su lugar.
En el punto de mira está Grecia, tal como refleja la evolución reciente de su deuda pública. En las últimas sesiones, el rendimiento de sus bonos a 10 años ha superado el 5%, algo que no ocurría desde julio, un comportamiento que ha ampliado su diferencia con respecto a los bund alemanes, que sirven de referencia en la región. En la actualidad, los primeros pagan 175 puntos básicos más -o 1,75 puntos porcentuales- que los segundos, algo que tampoco pasaba desde hace cuatro meses.
Otro comportamiento constata la desconfianza que envuelve ahora a la deuda griega: la evolución de su credit default swap (CDS) o seguro contra el riesgo de que deje de pagar su deuda. Ha repuntado hasta los 175 puntos básicos, el nivel más elevado desde abril, además de que se confirma como el segundo país de Europa Occidental en el que más peligro detectan los inversores, sólo por detrás de Islandia (cuyo CDS está en los 382 puntos básicos).
Fuerte desajuste fiscal
Ambas trayectorias reflejan el recelo que inspira el creciente déficit público griego y la amenaza que éste supone. Las previsiones contemplan que el desajuste fiscal podría dispararse este año hasta una cifra equivalente al 12,7% del Producto Interior Bruto (PIB), una brecha que el Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, ya ha afirmado que "supone una preocupación para el conjunto de la región". Lo que ya ha supuesto es que las agencias de calificación de riesgos no aparten sus ojos del país. Así, Standard & Poor's (S&P) y Fitch ya han recortado el rating de Grecia desde A hasta A- en 2009, mientras que Moody's ha situado su calificación, de A1, en perspectiva "negativa", la antesala de lo que podría convertirse en una rebaja.
Los recelos también están salpicando a los parqués griegos. Aunque el índice FTSE/ASE 20 aún presenta un avance del 39% en lo que va de año, en el último mes se ha desplomado un 17%, hasta los 1.297,2 puntos.