
Un nubarrón se cierne sobre el mercado de deuda corporativa. Y es que según la encuesta mensual BoA-Merrill Lynch, los gestores de fondos redirigen su atención poco a poco hacia las compañías que están retomando su actividad inversora. Esto puede animar la cotización de las acciones y hacer que se pierda interés en la renta fija.
"Hace solo dos meses, los gestores lanzaban el claro mensaje de que las compañías debían priorizar la reducción de su deuda a sus inversiones. Ahora no están tan seguros: las tendencias más recientes sugieren que el próximo mes este orden de prioridades podría invertirse", aseguran los expertos de BoA-Merrill en las conclusiones del sondeo.
En septiembre, el 50% de los expertos consideraba que la prioridad era fortalecer el balance, pero ahora sólo tiene esta opinión el 36%. Al mismo tiempo, el 32% de los encuestados opina que es hora de que las empresas utilicen su dinero para retomar sus inversiones.
"Señal de compra de acciones"
"La última vez que vimos una prioridad de la inversión frente al balance fue en 2003, y lo interpretamos como una clara señal de compra de acciones. Esto podría señalar que se está transfiriendo el riesgo de la renta variable al crédito", apunta Gary Baker, estratega jefe de renta variable europea del banco estadounidense.
Cuando las compañías se concentran en reparar sus balances y aligerar deuda, mejora su habilidad para servir a sus bonistas. Pero una vez que vuelven a incrementar el gasto, estos bonistas quedan en una posición más arriesgada, explica la web Citywire.
La propia encuesta refleja que los gestores ya han comenzado a reducir su exposición a la renta fija. Hoy por hoy, el 31% infrapondera los bonos en su cartera, frente al 23% que lo hacía hace un mes. Por contra, las posiciones en renta variable han subido un punto porcentual en treinta días.