
Ser joven y universitario en tiempos de crisis no es el ideal para empezar a abrirse camino en el mercado laboral. Además, ya no depende de si se estudia una carrera con demanda, puesto que la competitivdad es tan grande que cursar una ingeniería, por ejemplo, no es sinónimo de trabajo seguro. Los expertos estiman que la generación que termina sus estudios en un año de crisis reduce fuertemente la probabilidad de encontrar empleo.
Además, tienen un 10% más de probabilidades de continuar con un contrato temporal 10 años después de salir de la universidad, que los que se licenciaron en plena bonanza, según un estudio publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) titulado '¿Cuáles son las consecuencias de terminar los estudios en un contexto de crisis económica en España?', de Daniel Fernández y Nuria Rodríguez.
El estudio también estima que los jóvenes que sólamente tienen la ESO tienen las mismas posibilidades de tener un contrato temporal que el resto de jóvenes con estudios superiores. Además, no importa si se incorporaron al mercado en una época recesiva o si lo hicieron durante una expansiva.
Por otro lado, los ingresos también difieren en contextos de alto desempleo. Durante los 10 años posteriores, los salarios de los jóvenes que sólo tienen la Secundaria pierden al año un promedio de un 9,6%; los titulados en Formación Profesional, un 12,5% y los universitarios un 6,4%. Pero la reducción salarial es mayor si el titulado se incorpora en un año de crisis. Puede generar una caída de los ingresos del 25,1% y del 24,9% durante ese primer año.
Contrato temporal desde 2012
Además, la penalización por incorporarse al mercado en una situación de crisis económica es mucho mayor y más persistente para los que entraron en el mercado después de la reforma laboral que instauró el contrato temporal.
Entonces ¿qué les queda a los jóvenes? Contratos precarios y temporales, becas inciertas, prácticas no laborales, sobrecualificación? Así es el empleo juvenil en nuestro país, según el estudio 'Calidad Empleo Joven, Becarios y Prácticas' del Consejo de la Juventud de España (CJE). Estos informes dejan en entredicho que a mayor formación, mejores empleos. Es cierto que aunque la formación ayuda a encontrar empleo, no es la panacea para la mayoría de jóvenes.
De hecho, el paro no es el único problema al que se enfrentan los jóvenes españoles, también la precariedad laboral ensombrece su futuro, algo que les impide, en muchos casos, emanciparse antes de los 30 y que alrededor de 200.000 de ellos se hayan visto obligados a emigrar fuera del país desde que comenzó la crisis económica en 2007.
El informe del CJE destaca que casi un tercio de los jóvenes encuestados afirma compaginar un trabajo con la formación. De ellos, un 56% apunta que su principal motivación para hacerlo es poder optar a un puesto de trabajo en mejores condiciones. Es decir, que los jóvenes trabajadores otorgan un papel fundamental a la formación cómo elemento de mejora de sus condiciones de trabajo, pero la realidad no confirma estas expectativas.
Aceptar cualquier trabajo
Por otro lado, este mismo estudio indica que cuatro de cada diez jóvenes ocupados consideran que para encontrar trabajo es importante o muy importante estar dispuesto a aceptar cualquier trabajo, y no siempre en todas las ramas educativas. Los titulados en artes, humanidades y ciencias son los que menores tasas de afiliación a la Seguridad Social presentan entre los recién titulados. Sin embargo, los que mayores tasas presentan son los de las ciencias sociales y jurídicas, por su aplicación de manera más integral en distintas áreas y sectores.
Sumado a esto, cabe destacar que más del 30% de titulados está desarrollando tareas en puestos dónde no se requiere conocimiento previo, es decir, están sobrecualificados para ese empleo.
Pero aunque la precariedad continúe estancada en nuestro país, los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA) son positivos para las jóvenes de entre 16 y 24 años. El empleo entre este grupo crece con fuerza, por cuarto trimestre consecutivo. Otra cosa son los tipos de contratos que tengan, la mayoría temporales.
Sin embargo, si nos comparamos con Europa, España suspende en empleabilidad. Según los datos del último Eurostat, nuestro país sufre un paro juvenil del 49,6%. Con datos del mes de abril, había unos 775.000 españoles menores de 25 años sin trabajo, de las peores cifras europeas, junto con Grecia, cuyo paro juvenil se situaba alrededor del 50% en el mes de febrero. Por su parte, las menores tasas se dan en Alemania (7,2%), Austria y Dinamarca (ambos con el 10,1%).