
La liberación de Carles Puigdemont mientras Alemania decide sobre su extradición da alas a JxCat para seguir dando rodeos -con el beneplácito de ERC- y mantener el bloqueo del inicio de la legislatura a la espera de que el expresidente catalán pueda colocarse de nuevo al frente de la Generalitat.
El presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, recuperó ayer a Jordi Sànchez como candidato pese a que sus posibilidades de investidura son dudosas. En la que es la cuarta ronda de consultas para supuestamente desencallar la investidura -ya que todos los nombres propuestos hasta ahora tenían causas pendientes con la Justicia española-, Torrent trasladó por teléfono a los grupos parlamentarios que su intención es celebrar la semana que viene el pleno para reintentar votar a Sànchez. JxCat y ERC esgrimen la resolución no vinculante de la ONU que insta a España a garantizar los derechos políticos del expresidente de la ANC, que, en su opinión, debería traducirse en un permiso del Tribunal Supremo para poder acudir al Parlament.
El diputado de la CUP Carles Riera consideró ayer "absolutamente incomprensible" insistir en Sànchez porque mantendrán la abstención, por lo que su elección dependería de que Puigdemont y el exconseller de ERC Antoni Comín puedan delegar el voto o el republicano renuncie a su escaño -lo que no tiene intención de hacer-. Los anticapitalistas solo están dispuestos a votar a favor de Puigdemont, porque defienden que es el único candidato que representa "un embate democrático al Estado". Para ellos, cualquier otra opción supone doblegarse a la legalidad española, frente a sus exigencias de un programa de gobierno que siga adelante con la constitución de la república catalana. Asimismo, mantienen su disposición a incorporarse a la Mesa del Parlament si es para facilitar la elección a distancia de Puigdemont.
Traslado a Berlín
Tras abonar los 75.000 euros de fianza aportados por la ANC y salir de la prisión de Neumünster, Puigdemont se dirigió a Berlín, donde hoy ofrecerá una rueda de prensa. Ayer se limitó a declaraciones sin opción a preguntas en las que reclamó la liberación de los "presos políticos" en España y diálogo político en vez de "respuesta represiva". En sus palabras a la salida de la cárcel -en inglés por su voluntad de internacionalización de la causa secesionista- pidió más poder para las regiones, evitando mencionar la palabra independencia, para luego, en un mensaje de voz en catalán y en las redes sociales, lanzar al soberanismo un mensaje de "coraje" para llegar a la "victoria", a lo que agregó: "Continuamos más fuertes que nunca. Más decididos que nunca".
Consulta a la UE
El juez de la causa del procés en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, así como la Fiscalía General del Estado, estudian preguntar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de Luxemburgo sobre la interpretación de las normas que regulan las órdenes internacionales de detención en la UE, tras la negativa del juez alemán de entregar al expresidente catalán por el delito de rebelión.
Si se materializa esta consulta, la orden española de detención y entrega de Puigdemont podría quedar en suspenso provisional mientras llega la respuesta, según indicaron a Efe fuentes del Supremo. La Fiscalía defendió ayer en un comunicado que la normativa europea señala que las autoridades de un país de la UE al que se reclame una entrega deben limitarse a "un apoyo práctico y administrativo".