
Santiago Niño-Becerra, economista y catedrático en la Universidad Ramon Llull de Barcelona, adopta una postura tranquilizadora ante la fuga de la sede social de bancos y empresas de peso en Cataluña.
Desde su punto de vista, un cambio de sede social no tiene por qué significar nada, y señala que es una cuestión de "pura imagen" en una entrevista en La Vanguardia. Reflexiona sobre que la gente no suele tener muchos conocimientos sobre estos aspectos del funcionamiento empresarial, por lo que se dispara la sensación de inestabilidad y miedo. "El miedo puede derivar en movimientos. ¿De qué? De ahorros", puntualiza.
Instalado ya en pleno asunto de los depósitos, el catedrático de Estructura Económica hace alusión al famoso corralito vivido en Argentina en 2002, y explica que esta situación "por definición, no puede darse en Cataluña". El corralito implica la cohabitación de dos monedas distintas, lo que no sucede en la comunidad autónomica en conflicto.
Más reciente sobrevuela el recuerdo del bloqueo de los depósitos en los bancos de Chipre por insolvencia, lo que se conoce como "corralón" y sobre el que deja una puerta abierta: "Si acabara sucediendo alguna cosa, algo que no se sabe, y que en todo caso se daría a nivel nacional, no sólo en Catalunya, podría ser una limitación de dinero a retirar del cajero, como ocurrió en Chipre".
A pesar de esta idea, insiste en que "la gente tiene que estar muy tranquila", y argumenta que los bancos como el Sabadell o CaixaBank sólo tienen una parte de depositarios en Cataluña y están plenamente instaurados en todo el territorio nacional.