El mismo día que el buen periodismo ha conseguido cesar a todo un Fiscal Anticorrupción con despensa en Panamá, en otra de esas semanas en bucle con su correspondiente 'escandalazo' corrupto, uno se sorprende tecleando Atalaya-Becerril en Google buscando respuestas. Y por impredecible que parezca, las encuentra. Entre intrincados mapas de tierra volcánica canaria, las fotos de estas dos perdidas localidades isleñas se mezclan, por arte de algoritmo, con la sonrisa burlona de nuestro inefable presidente del Gobierno.
Había tres botones y él le dio al que no era, vaya por dios, como uno de esos adolescentes aburridos en clase de matemáticas que lanzan un chascarrillo absurdo para desatascar el tedio. Las redes se mofan y el público ríe, saturado de asistir al enésimo tejemaneje, gobernados por la engañosa imagen de un líder supuestamente torpe que encarna con socarrona naturalidad la inevitabilidad de lo malo conocido.
El plan de renovación urbana Atalaya-Becerril, una de las enmiendas de Nueva Canarias a los Presupuestos Generales del Estado que Rajoy rechazó por error, es una metáfora perfecta de lo que es el marianismo. Una triste pero inquebrantable figura inmóvil erguida en el caos provocado por el derrumbe del edificio del estado de derecho en el que habitamos.
En la semana del fiscal Moix, con Lezo goteando, la UCO reventándola, el PP madrileño cercado -este viernes Cifuentes da explicaciones en la asamblea- y el tribunal de la Gürtel esperando y sin plasma, la noticia más importante es que Rajoy ha vuelto a ganar. Blinda su gobierno al menos hasta 2019, cuando ya llevaremos consumida la mitad de la legislatura. Y lo hace consiguiendo que la izquierda no saque adelante ni una sola enmienda a las cuentas públicas, sin posibilidades de construir una mayoría alternativa. Cuando el fuego amigo arrecia y los cadáveres políticos cubren el campo de batalla, Rajoy ha conseguido engatusar a sus presuntos enemigos. Tú dame Presupuestos y dime tonto.
Realidad paralela
Si la gente está ocupada en reenviar memes presidenciales a sus grupos de Whatsapp es mucho más sencillo construir una realidad paralela. O mejor dicho, disociar el mundo en dos mitades. Por un lado aislar la podredumbre y encapsularla en las portadas de los diarios digitales, que ya más que cabeceras informativas parecen seriales de corrupción. Satura y vencerás. Dejemos que el lento proceder judicial, puesto además en evidente tela de juicio, duerma los procedimientos hasta que sea lo suficientemente tarde para que todo forme parte del pasado.
En la otra cara de la moneda se sitúa lo importante, el movimiento. La actividad parlamentaria pura y dura, que parece discurrir completamente separada del mundo que se desmorona al otro lado de las anchas paredes del Congreso. Con Ciudadanos completamente entregado a la causa, todo era cuestión de tirar de chequera, contentar a un PNV de ruego y mazo y soltar alguna limosnilla abundante a los escaños canarios, probablemente los más rentables de la historia en relación cantidad-precio. Más de 11.000 millones redistribuidos por el diez veces campeón de presupuestos Cristóbal Montoro para pegar una nueva patada hacia adelante con la economía dando un incierto respiro. Dar y recibir.
