
El presidente de Kutxabank, Mario Fernández, a través de una comunicado difundido tras declarar ante la Fiscalía de Vizcaya, afirma que los pagos irregulares que puso el banco en conocimiento de la Justicia respondieron a una petición, que suponía una 'práctica habitual ?a modo de 'política de Estado' respetada por todos los Gobiernos- que las personas vinculadas a Interior y lucha antiterrorista, como el caso del Delegado del Gobierno en Euskadi, se les posibilitara alguna salida laboral'.
Tal petición, según Fernández, le llegó 'a principios de 2012 un líder del PP (partido que entraba en el Gobierno)', que 'en concreto solicitó la colaboración de Kutxabank para buscarle un puesto de trabajo', al socialista Mikel Cabieces, que en ese momento abandonaba el puesto de delegado del Gobierno en el País Vasco.
'¿Qué harían cada uno de ustedes si se les pidiese ayuda para una persona que ha estado en la primera línea de la lucha antiterrorista?', se pregunta Mario, para responder después 'supongo que lo mismo que hice yo, y que han hecho antes de mi muchas personas y muchas empresas e instituciones en situaciones parecidas a la mía'. El ex presidente de Kutxabank remarca que ese tipo de prácticas se han hecho durante los últimos 30 años 'respetando la ley y una 'ley no escrita'', que se ha aplicado con 'con todos los gobiernos y todos los partidos'.
Para ilustrar esta afirmación mario Fernandez recuerda los casos de Paulino Luesma y de Enrique Villar que tras ser ambos Delegados del Gobierno en Euskadi, estuvieron en la Embajada de España en Lisboa. También cita el caso de Juan Mari Jáuregui, exgobernador civil de Gipuzkoa, que, tras su paso por ese puesto, comenzó a trabajar en Aldeasa, empresa vinculada a AENA. 'Podría citar más casos pero no lo hago, porque comparto la decisión y el criterio y no quiero que sufran la injusticia que yo estoy viviendo', afirma.
Fernández insiste en que 'estamos por tanto hablando de una petición derivada de una política de Estado en relación con el terrorismo, solicitada por las personas más implicadas en la lucha antiterrorista de los principales partidos políticos este país'.
A pesar de no conocer personalmente a Cabieces, Fernández tuvo claro desde el primer momento que 'era justo que colaboráramos en la búsqueda de una solución licita y sin perjuicio para Kutxabank'. Aquella solución se canalizó a través del responsable de Recursos Humanos de Kutxabank, que propuso contactar con un despacho de abogados con el que tenían un acuerdo de iguala. Tres años más tarde, en octubre de 2014 se dio por terminado ese peculiar acuerdo, momento eque coincide con el nombramiento de Mikel Cabieces como nuevo miembro de la Ejecutiva del PSE que dirige la nueva secretaria general Idoia Mendia.
Una campaña contra su persona
Para Mario Fernández la iniciativa de Kutxabank de comunicar a la Fiscalía de Vizcaya una 'determinada actuación irregular', realizada por el expresidente, con un coste económico de 243.592,02 euros, lo que evidencia es 'que hay una voluntad explícita de atentar contra mi honor. En cuanto concluyan estas diligencias, ejercitaré las acciones correspondientes'.
Reconoce que en enero de este año tuvo una reunión con el actual presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, en que le comunició que los acuerdos para dar una salida laboral al socialista Mikel Cabieces 'podría dar lugar a que se pensara que Kutxabank habría podido sufrir un perjuicio', tras lo cual decidió revertir esos fondos al banco de su propio bolsillo y afirma que Villalabeitia le dijo que 'así quedaría cerrado el tema'.
Sin embargo, Fernández critica que Villalabeitia porque 'nada me indicó de que ya había una actuación de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento e incluso del Consejo de Administración' y nadie de Kutxabank volvió a mantener un contacto con él.
'A la vista de los hechos, hay motivos para pensar que lo que pretendía no era arreglar nada, sino todo lo contrario, aunque, de paso, se causara un daño reputacional evidente a Kutxabank', indica. Fernández considera que han intentado ir contra su honor cuando su conducta durante los seis años que ha sido presidente de Kutxabank 'ha sido totalmente honesta y siempre han prevalecido los intereses de Kutxabank sobre cualesquiera otros'.