Quién les iba a decir a los accionistas de Endesa que la compañía valdría hoy 8.000 millones más que hace un año. Cuando Gas Natural inseminó a la eléctrica, el pasado 5 de septiembre, nada hacía prever que aquel embarazo beneficiaría tanto a la compañía de Manuel Pizarro.
"Dentro de nueve meses nacerá la criatura", afirmaba entonces el presidente de la gasista, Salvador Gabarró. Pero la gestación se complicó.
Y lo que parecía una operación empresarial llevadera adquirió tintes melodramáticos: los alemanes de E.ON lanzaron otra opa sobre Endesa, el Gobierno asumió un protagonismo inusitado y algunos organismos españoles tomaron decisiones polémicas.
Los accionistas, los principales beneficiarios
A día de hoy, el culebrón energético sigue enredado, pero con un vencedor claro: los accionistas de la eléctrica. Pizarro ha sabido convencer a los analistas de que la compañía es capaz de ganar más dinero y sus títulos han pasado de los 18,56 euros del pasado otoño a los 27,08 euros actuales (el 46 por ciento más), un buen premio para los inversores.
También es llamativo que, a pesar de los giros que ha dado el argumento de la película, Endesa no está cara: su PER (número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) es de 13 veces, mientras que el de Iberdrola y Unión Fenosa es de 16,5 y 17, respectivamente.
Siguientes candidatas: Iberdrola y Unión Fenosa
Este panorama revela que, gracias a Gas Natural y a Pizarro, los espectadores que compraron su entrada en septiembre de 2005 han recibido bastante más de lo que esperaban.
Lo que falta por ver es cómo termina esta intriga y si la historia se repite en las eléctricas que presiden Ignacio Sánchez Galán y Pedro López Jiménez, que cotizan a precios de opa. Mientras, los accionistas de Endesa seguirán disfrutando de esta tragicomedia.