Opinión

Editorial: ¿Rumasa pega de nuevo?

¿Otro aguijonazo de la abeja? Ante la presión de los acreedores, el grupo Nueva Rumasa ha comenzado el proceso concursal de sus diez mayores empresas. De este modo, la familia Ruiz Mateos pretende ganar tiempo para negociar.

Afirma que tiene unos 700 millones de euros en deudas frente a un patrimonio de 6.000 millones. El problema estriba en si sus activos valen tanto en la actual coyuntura. El conglomerado inició una política muy agresiva de compras que ahora le pasan factura.

Ha pretendido rescatar compañías en apuros y mantener el empleo. Una intención muy loable pero poco sostenible. Parecía difícil ganar tamaño con marcas intermedias cuando sólo aguantan las ventas de los líderes y las enseñas blancas.

Además, como la banca no le concedía crédito, esta estrategia a largo plazo la intentaron financiar a corto abonando rentabilidades del 8 por ciento por pagarés. Y lo anunciaron entre particulares sin cultura financiera utilizando expresiones susceptibles de malinterpretación como "rentabilidades aseguradas".

Rumasa aprovechó un resquicio legal según el cual la CNMV sólo vigilaba las emisiones menores a 50.000 euros porque se suponía que las de mayores cantidades están dirigidas a inversores formados. De ahí que la CNMV emitiese varias advertencias y, al final, se cambiase incluso la ley.

Pero entonces, para poder continuar, Rumasa cambió su forma de financiación. Ahora, su capital mediático no va a rentarle mucho más. Parece que la miel podría haber terminado por atrapar a numerosos ahorradores. ¿Asistimos al vértice de una pirámide como la de Fórum y Afinsa?

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