Mediterráneo, periódico de Castellón; cómprelo, podrá ver la foto de la Reina de las fiestas y las esquelas para dar el pésame a conocidos. Domingo 22 de agosto, portada: un mantero puede ganar 4.300 euros al mes. Su cálculo: un mantero puede vender 14 piezas falsificadas al día a 10 euros de media; total 4.340 euros al mes; 4.200 euros si son meses de 30 días.
Pero, no hay que confundir ingresos con ganancias. A los ingresos hay que quitarles costes, incluida la comisión del mayorista. Pongamos un 50% de coste de mercancías vendidas, como se diría en contabilidad; quedan: 2.100 euros al mes.
Dice Mediterráneo que el mantero sale todos los días, pero un 15% no serán hábiles por: desplazamientos, en verano playa, en invierno ciudad; enfermedad; necesario descanso; falta de clientes; mala venta; meteorología que impiden la venta callejera, etc. Conclusión salario neto: 1.675 euros/mes (libres de impuestos y cargas sociales) ¡Pa mal! (diría un francés).
Premio al espíritu comercial emprendedor de estos inmigrantes, muchos ilegales. A cambio se enredan con la mafia que proporciona el material y corren el riesgo de la ilegalidad comercial. También hay movilidad social. Juan, el mantero más popular de Benicasím, hace dos años que no viene. Dicen que ahora exporta coches desguazados a Senegal, donde moran sus cinco mujeres y correspondientes hijos.
Falta de protección
Los comerciantes locales y las multinacionales se quejan de la pasividad de las autoridades. Los primeros de las municipales que les cobran impuestos y permiten esa competencia desleal. Los segundos de las estatales que no protegen sus derechos.
Mientras, los políticos eluden responsabilidades (¿dedicándose a grandes temas?) y nos cargan de problemas domésticos, que son los que importan.En medio, los ciudadanos. El dilema: premiamos el espíritu emprendedor, que nos permite un Guitón o un Prada de imitación, o respetamos el comercio formal.
J. R. Pin Arboledas, profesor del IESE.