
La compañía aceitera, que posee desde 2009 el 100% de una planta de extracción y envasado de aceite en Idlib, cerca de Alepo, está sorteando los problemas para aprovisionarse de materia prima y exportar.
Acesur mantiene intacto hasta el momento, y a futuro, su compromiso con la planta de producción y envasado de aceite de Idlib, al suroeste de Alepo, en Siria. La compañía familiar sevillana, que controla marcas de aceite de oliva tan conocidas como La Española o Coosur, controla la totalidad del capital de esa instalación desde final de 2009. Desde ella surte a quince países, fundamentalmente del Golfo Pérsico, aunque también a Australia o América del Sur. "Hemos logrado que clientes nuestros de exportación que importan nuestras marcas añadan un producto de origen sirio a su portfolio", explica Sergio Antón, director de expansión del grupo.
Pese a la grave crisis que vive el país desde hace meses, y que en las últimas semanas está afectando de manera cada vez más directa a Alepo e Idlib -que hasta ahora habían quedado en buena parte al margen de los enfrentamientos entre el régimen y los opositores-, "no tenemos un plan de retirada de Siria". Esta entrevista se realizó la semana pasada, tras conocerse el cierre de la embajada española en Damasco. "Trabajamos con gente local y nos estamos adaptando a la difícil situación del país día a día, esperamos que se llegue a una situación rápida y justa, es un país complejo pero con gente extraordinaria", abunda el directivo.
Exportaciones
"Evidentemente existen dificultades, no sólo por la situación interna si no por las medidas tomadas fuera de Siria y que afectan al comercio con este país. De cualquier forma, y aunque evidentemente esta es una de las situaciones más difíciles a la que nos hemos enfrentado, somos, creo, la única inversión estable española en Siria". Estas dificultades para exportar son el principal problema presente y futuro de la factoría, ya que el 70 por ciento de las ventas se obtienes de los mercados exteriores al país árabe, lo que supone algo más de dos millones de litros de aceite sobre los tres millones que produce anualmente. Este año, la firma quiere crecer un 20 por ciento en el volumen de aceite exportado, objetivo ambicioso, como reconoce Antón, pero para el que cuentan con el apoyo de sus clientes.
Con respecto al mercado local, "nos conformaríamos con mantener el nivel de ventas actual", reconoce. "Por supuesto que la situación en el mercado interno es muy complicada y es aquí donde lo hemos notado más, hemos tenido que renunciar a algunos mercados y hemos concentrado nuestros esfuerzos comerciales y de promoción en Alepo y Damasco", detalla.
En cualquier caso, la situación competitiva de la instalación es actualmente buena, debido a la excelente cosecha de aceituna que ha llevado a la bajada de precios del aceite, lo que se une a la devaluación de la moneda local (libra siria). "Además desde que adquirimos la fábrica, acometimos un plan de reducción de costes y reorganización comercial que ha incrementado ventas y mejorado márgenes".
La fábrica cuenta con unos sesenta empleados, aunque genera empleo indirecto en una zona que vive del cultivo del olivo y donde la planta es estratégica para la economía local. "Hemos conseguido mantener el nivel de empleo gracias a la orientación exportadora de la planta y vamos a intentar mantenerlo siempre que las circunstancias nos lo permitan", añade Antón.
La factoría cuenta con almazara y refinería propias, por lo que compra tanto aceituna como aceite. Estos suministros también han sufrido alteraciones puntuales que se han solucionado hasta la fecha sin mayores dificultades.