
BlackRock publica resultados y avanza lo que puede ser un cambio de tendencia. Las sucripciones a sus fondos activos superan a las de los pasivos en el segundo trimestre del año.
BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, publicó ayer los resultados correspondientes al segundo trimestre del año: sus activos crecieron un 11 por ciento en términos anuales, hasta los 6,29 billones de dólares, y su beneficio por acción alcanzó los 6,62 dólares, en línea con lo esperado. Pero analizando los flujos que ha tenido en lo que a fondos de inversión se refiere se pueden extraer dos claras conclusiones.
La primera es que las gestoras cada vez tendrán más complicado repetir los excelentes resultados que han tenido en el pasado al calor de un mercado en el que todo subía y con la volatilidad desaparecida. De hecho, aunque la gestora ha cerrado el segundo trimestre del año con suscripciones netas por valor de 20.000 millones de dólares, la cifra es un 65% inferior a los 65.000 millones de entradas netas de dinero que tuvo en el primer trimestre del ejercicio. Incluso el propio Larry Fink, CEO de la compañía, reconoce que la industria no pasa ahora por el mejor de sus momentos. "A pesar de la caída en los flujos que está teniendo la industria debido a la incertidumbre que tiene el inversor en el actual contexto de mercado, el diálogo que hemos manteniendo con nuestros clientes y las oportunidades que vemos para ofrecer soluciones a largo plazo son más fuertes que nunca", apuntó Fink en la presentación de resultados.
Pero la segunda conclusión que puede extraerse de los resultados que ha publicado BlackRock es incluso más llamativa ya que de esos 20.000 millones de dólares netos que han entrado en la gestora, la mayoría corresponde a productos activos y no a pasivos, lo que puede suponer un punto de inflexión para BlackRock, pero también para toda la industria. Las cifras hablan por sí solas y dicen que en el segundo trimestre del año, BlackRock recibió 7.889 millones de dólares en suscripciones netas de fondos activos, un 43% más que en el primer trimestre del año, frente a los 6.609 millones que recibió de fondos pasivos, incluyendo los ETFs de Ishares, lo que implica una caída del 65% con respecto al primer trimestre (ver gráfico).
¿Empieza el trasvase?
Este trasvase de activos desde la inversión pasiva a la activa también se está empezando a ver cuando se analizan los datos de la industria a nivel global. Según los datos de Morningstar, en el mes de abril, cuando el mercado empezó a digerir los efectos que pueda tener una guerra comercial en el mercado, ya se vieron más entradas de dinero en productos activos que en pasivos. Aunque en el conjunto del año sean los fondos que replican índices los que se siguen quedando con la mayor parte de los flujos, son varios los expertos que consideran que el próximo semestre será más favorable para la gestión activa que para la pasiva a medida que crezcan los focos de tensión y su impacto en el mercado y se avance en la normalización monetaria. "Los gestores pasivos se han beneficiado durante años de los estímulos sin precedentes de los bancos centrales y eso impulsó la correlaciones (...) Creemos que la liquidez de los bancos centrales a nivel global alcanzará su pico en 2018 y que las correlaciones caerán, lo que es una buena razón para que los inversores sean activos", apuntan desde Allianz Global Investors.
Desde esta gestora, cuyo negocio es puramente activo, recuerdan también que es en momentos de alta volatilidad cuando la gestión activa se pone en valor ya que "cuando sube la volatilidad los gestores activos pueden sobreponderar o infraponderar sus activos o simplemente moverse a activos de liquidez, mientras que los productos pasivos solo pueden limitarse a hacer lo que hace el índice".
Sin embargo, diversos estudios muestran que son más los gestores activos que fallan que los que aciertan en su objetivo de obtener una rentabilidad superior a la de su índice de referencia, sobre todo cuando el periodo analizado es a largo plazo. Uno de los más conocidos es el de Standard&Poor's (SPIVA), que muestra que, en los últimos diez años, solo el 15 por ciento de los gestores activos de bolsa europea lo hizo mejor que el S&P Europe 350.