Bolsa, mercados y cotizaciones

Ante el fin de ciclo, busque dividendos y evite volatilidad

El engranaje que ha llevado a las bolsas y los bonos a experimentar una extraordinaria racha alcista empieza a chirriar. Hace meses que la palabra desaceleración aparece en los informes de las entidades, que hablan de madurez del ciclo económico, especialmente en EEUU, que ha empezado a subir tipos, pero también en Europa, que previsiblemente lo hará en 2019. Vea más noticias de la revista Inversión a fondo. 

"Estamos en el principio del final del ciclo", señalaba Nick Peters, portfolio manager Multiactivos en la gestora británica Fidelity International, en una reciente entrevista a elEconomista. Peters planteaba un entorno de mercado complicado, que define como un "limbo" entre el crecimiento que aún se mantiene y el riesgo de que empiece a mostrar síntomas de cansancio.

La fatiga se deja notar en las estimaciones de beneficios. En lo que llevamos de año, las ganancias esperadas para el conjunto del EuroStoxx50 en 2018 han caído un 0,6 por ciento, hasta 219.000 millones de euros. No es un descenso brutal, pero tiene una importancia simbólica: desde mediados de 2017 hasta ahora, la estimación no hacía sino mejorar mes a mes. En España, el frenazo es similar -del 0,6%- para este año, pero más brusco, del 2,1%, para 2019, hasta los 51.000 millones. De nuevo, más que la cifra en sí, lo relevante es que el número deja de crecer.

Paralelamente, el Fondo Monetario Internacional acaba de presentar su Informe Global de Estabilidad Financiera, que alerta de que las vulnerabilidades del mercado amenazan con sumir a la economía global en una recesión en los próximos tres años.

Los expertos consultados coinciden en que es pronto para introducir cambios radicales en las carteras, pero señalan que conviene tener claro el camino a seguir cuando alcancemos el final del ciclo. "Aún no ha aparecido el síntoma más claro de recalentamiento: la inflación; esperaríamos a esa señal para realizar modificaciones", señala Miguel Ángel García, director de Inversiones de Diaphanum. Dicho indicador se situó en el 1,3% en la Eurozona en marzo, por debajo del 1,4% que se esperaba.

Un par de recomendaciones generales para ajustar la inversión a medida que nos acerquemos al nuevo escenario: "Invertir con un horizonte temporal concreto y no dejarnos llevar por caídas puntuales de los mercados", comenta Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank España; y "reducir el riesgo de concentración que se deriva de los enfoques basados en índices de referencia y en una única moneda", añade Ignacio Rambaud, director de marketing para Iberia de Fidelity International.

Más allá de estos dos principios, desgranamos los consejos de los expertos:

Reducir la exposición a bolsa. En su estrategia de inversión para el segundo trimestre de 2018, el banco suizo Lombard Odier alerta de que "el mercado estadounidense, que se encuentra en la fase más avanzada del ciclo, debería ser propicio para la recogida de beneficios: el crecimiento de las valoraciones es limitado y el nivel de los tipos de interés puede introducir dificultades". Desde la entidad señalan que, "dada la sensibilidad de las bolsas mundiales al riesgo percibido de EEUU, preferimos ser cautos en cuanto a un aumento de la exposición a renta variable". Y recomiendan invertir en empresas de pequeña capitalización: "Pese a presentar betas históricamente elevadas, su sesgo nacional parece haberlas protegido, en cierta medida, de los temores a una guerra comercial", explican.

Cotizadas menos volátiles. "En renta variable, nuestra estrategia consistiría en cambiar los fondos de sesgo growth por otros con sesgo defensivo y expuestos a sectores no cíclicos tipo telecos o utilities", explica Jaime Medem, director de inversiones de Mirabaud & Cie en España, que también mira hacia las farmacéuticas y al sector alimentario. Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis, explica que en la gestora ya están haciendo cambios en las carteras para adaptarlas a la nueva realidad: "Hemos elevado la exposición a activos de renta variable menos volátiles; en particular, al sector inmobiliario, a través de reits -las socimis estadounidenses-".

No por la posible revalorización del ladrillo, sino por el elevado peso que en este sector tiene el alquiler. Porque éste, apunta Perea, "seguirá existiendo aunque baje el PIB". Les interesan gestores de contratos de alquileres largos, de siete a diez años, menos expuestos al ciclo y revisables si la inflación sube. "La propia revisión anual de los contratos te protege del alza de tipos", afirma. Su objetivo son carteras de alquiler diversificadas, con oficinas, centros comerciales y hoteles. No descartan la versión española de las reits, las socimis, pero se decantan por las internacionales por su menor volatilidad. Por otro lado, el objetivo de evitar mercados cíclicos implicaría descartar bolsas como la alemana, "que ante una recesión experimentará mayores caídas", agrega Medem, para centrarse en mercados más defensivos; "España podría ser una alternativa", afirma. En emergentes, "sólo nos quedaríamos con fondos expuestos a India o China2, agrega.

Dividendos seguros. Las compañías que pagan dividendos suelen estar concentradas en áreas defensivas y las rentas fiables que ofrecen pueden constituir un elemento valioso de protección frente a las caídas del valor de las acciones, explica Ignacio Rambaud. Es importante elegir valores que tengan capacidad no sólo para mantener sino para incrementar la retribución. Para ello servirán aquellos fondos puros de renta variable enfocados al pago de dividendos, que tienen un enfoque más defensivo y con una generación de caja recurrente y previsible, señala el director de inversiones de Mirabaud en España.

Renta fija: mejor convertibles y emergentes. Felipe Lería, director general de UBP para Iberia, explica: "Nos mantendremos largos en crédito pero defensivos en duraciones, gestionando activamente las exposiciones en un entorno de mayor volatilidad. Nos gustan los bonos convertibles, que históricamente han demostrado ofrecer protección en un entorno de tipos al alza, y la renta fija emergente en crédito y también en moneda local". Los estrategas de Lombard Odier consideran que "los bonos convertibles y los de mercados emergentes continúan ofreciendo mayor valor"; y explican que los bonos de emergentes son "uno de los últimos reductos de rentabilidad en el mercado de renta fija". Por su parte, el director de inversiones de Mirabaud en España agrega: "Cuando veamos que el ciclo se está agotando modificaremos nuestro posicionamiento en fondos de renta fija, aumentando la duración; cambiaremos también de fondos especializados en crédito a otros más ligados a gobiernos puros que, por tanto, no se ven afectados por aumentos en los diferenciales o spreads de crédito, y evitaremos los high yield. Por tanto, la primera medida ante un cambio de ciclo será reducir el crédito por riesgo de ampliación de spread como consecuencia del debilitamiento de la economía". En este escenario, Gonzalo García Valero, responsable de asesoramiento de Caser Asesores Financieros, aconseja invertir a través de fondos de renta fija flexible en el que el gestor tenga destreza y pueda ser activo con la duración de la cartera del fondo y con la asignación de activos -gubernamental, crédito, etc.-.

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