
Los vaivenes que sufre el bitcoin desde el pasado diciembre, cuando llegó a situarse a la sombra de los 20.000 dólares, se han convertido en la brújula de algunos inversores, que consideran que no es coincidencia que la criptodivisa haya perdido casi la mitad de su valor mientras la renta variable ha sufrido su primera corrección del 10% por primera vez en dos años.
Según explicó al Wall Street Journal, Doug Ramsey, director de inversión del gestor de fondos Leuthold Group, el bitcoin se ha convertido en sinónimos de entusiasmo especulativo. "Los máximos de esta criptodivisa en diciembre y de la renta variable en enero han marcado el techo para el optimismo de los inversores", aseguró.
Ramsey no es el único que toma como referencia el comportamiento del bitcoin como oráculo para predecir lo que ocurrirá con la bolsa americana en los próximos meses. Desde Forester Capital Management, Tom Forester, su jefe de inversión, consideran que las criptodivisas se han convertido en un "indicador del sentimiento".
Aún así, los factores detrás del arrastre en los precios del bitcoin y las acciones estadounidenses son distintas. En el caso de la renta variable, la volatilidad ha llegado acompañada del miedo a un repunte en la inflación que pueda forzar a la Reserva Federal a subir tipos de interés de forma más brusca de lo previsto. A ello hay que sumar también los recientes temores a una posible guerra comercial fruto de los aranceles al acero y al aluminio impuestos por la administración Trump.
Por su parte, el bitcoin, que recientemente llegó a perder la cota de los 10.000 dólares, y las criptodivisas en general, se están viendo asediados por el escrutinio de los reguladores de distintos países. Dicho esto, el pasado mes, según datos de la DataTrek Research, la correlación entre S&P 500 y el bitcoin tocó máximos. Algunos inversores consideran que las criptodivisas están cumpliendo la profecía que suele preceder a momentos de corrección en la bolsa o incluso a un mercado bajista. Los activos más volátiles y con una mayor rentabilidad suelen ser los primeros en caer.
Durante el boom de las dot.com, por ejemplo, algunas compañías como Pets.com, que generaban tímidos beneficios o incluso no eran rentables pero que habían acumulado un ascenso imparable en bolsa, fueron las que más sufrieron cuando el S&P 500 borró el 49% de su valor desde sus máximos en el 2000 hasta tocar fondo en el otoño de 2002.