
Dice el refrán que detrás de un hombre con éxito hay una mujer inteligente. Y en esto del precio del dinero, la todavía presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, no es una excepción.
Si Ben Bernanke logró salvar al capitalismo moderno de la quema tras el revés provocado por las hipotecas basura y el colapso de Lehman Brothers, esta veterana economista de la Universidad de Berkeley, curtida también entre las bambalinas del banco central estadounidense, ha sido la encargada de cimentar y reconstruir la ruta hacia la normalización monetaria y blindar la reputación de su predecesor. Sin Yellen, la herencia de Bernanke no hubiera sido la misma y, sin ella, Jerome Powell enfrentaría un trabajo mucho más complicado a partir del próximo mes.
Una ardua tarea tras el descenso a los infiernos de la economía de EEUU, que logró salir a flote gracias a una rebaja de los tipos de interés sin precedentes y la glotonería del balance de la institución, cuyo balance llegó a pesar 4,5 billones de dólares tras tres rondas de compras de deuda pública y activos respaldados por hipotecas. Aun así, sin la sutil cautela de Yellen, el legado dejado por las políticas experimentales de la Fed hubieran acabado por socavar la credibilidad del banco central, en un momento en que cualquier traspiés hubiera supuesto un verdadero problema para el sistema financiero y al economía global.
Su desembarco en el trono que gobierna la política monetaria de la mayor economía del mundo se produjo el 3 de febrero de 2014, cuando el país volvía a sufrir una contracción momentánea de su PIB, que por aquel trimestre llegó a registrar un descenso del 2,1%. Una situación complicada aún más por Bernanke, quien en la reunión de diciembre había oficializado la reducción gradual de la última ronda de compras de activos. Decisión que llegó a enervar al mercado, con el Dow Jones llegando a borrar 659 puntos entre el 19 y el 24 de junio.
Un escenario en el que Yellen supo mantener la calma y no precipitarse. Una característica que ha marcado buena parte de su periplo en la Fed y le ha permitido lograr con éxito algunas hazañas que en otros casos podrían haber sacrificado la que a día de hoy se postula como la tercera mayor expansión económica de la historia.
Recuperó la normalidad
Si Paul Volcker fue reconocido por controlar las riendas de la inflación en los 80, Alan Greenspan por supervisar la mayor expansión económica hasta la fecha que, eso sí, acabó en tragedia, y Bernanke por salvar al mundo de una segunda Depresión, la aún presidenta de la Fed será recordada como la paloma que logró recuperar la normalidad. "Ha sido capaz de liderar el banco central evitando todo tipo de interrupciones financieras importantes al mismo tiempo que ha revertido la política monetaria no convencional. Creo que es todo un logro", reconoce Donald Kohn, miembro de la Brookings Institution y vicegobernador de la Fed entre 2006 y 2010.
La propia funcionaria reconoció en su última conferencia de prensa de diciembre sentirse "muy positiva" por lo que ha logrado y reiteró su "tremenda lealtad por la institución". No es para menos. Si en octubre de 2014 Yellen amadrinó el fin de las compras de activos, un año después, el 16 de diciembre para ser exactos, hizo historia al implementar la primera subida de tipos desde el 29 de junio de 2006, cuando el precio del dinero llegó a rondar el 5,25%.
Desde entonces, el Comité Federal de Mercados Abiertos de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) ha implementado cinco subidas de tipos. La segunda vuelta de tuerca tardó doce meses en llegar y se produjo en diciembre de 2016, con otros tres incrementos de 25 puntos básicos en marzo, septiembre y diciembre del año pasado. Paralelamente, el pasado octubre, la Fed comenzó la dieta de su balance, cuyo peso ideal se desconoce hasta la fecha y que algunos fijan en los 3 billones de dólares, pero donde no ha generado trastorno alguno en el mercado de renta fija.
"A pesar de la fuerte presión, Yellen ha sabido mantenerse centrada en impulsar el crecimiento económico y mejorar el mercado laboral", insiste Josh Bivens, experto del Instituto de Política Económica, un think tank con sede en Washington. "Desde que asumió su cargo como presidenta ha rechazado con acierto las advertencias gratuitas de que las bajas tasas de interés y las compras de activos a gran escala provocarían una inflación galopante y dañarían la economía", añade. Precisamente, si a la actual presidenta le queda una labor pendiente es la de conseguir que los precios alcancen la meta del 2%. Una inflación demasiado alta puede hacer mella en los consumidores, que son los primeros en sufrir la subida de los precios. Sin embargo, una inflación inusualmente baja genera un estancamiento en los sueldos. Hasta la fecha, Yellen ha defendido que factores temporales, como la caída en los precios de la telefonía móvil o los medicamentos con receta, son los responsables de haber frenado el incremento la inflación. Pero con más de seis años sin atisbar el autoimpuesto objetivo de la Reserva Federal, la funcionaria también ha reconocido que quizás podríamos estar asistiendo a un new normal, donde los precios no alcanzarán este nivel.
Dicho esto, en lo que al mercado laboral se refiere, la era de Yellen será recordada como una de los más exitosas en la materia, tras lograr una tasa de paro del 4,1%, la más baja desde el año 2000. "Nos ha devuelto al pleno empleo de una manera muy elegante", considera Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, refiriéndose al panorama actual del que disfruta el país, en el que casi todos los que pueden y quieren trabajar pueden encontrar un empleo. Este experto considera que si Yellen hubiera logrado un segundo mandato, la funcionaria hubiera dejado que el desempleo cayera por debajo de lo que los economistas consideran su nivel óptimo para ayudar a los trabajadores más desfavorecidos. Según Zandi, también hubiera incidido más en cuestiones relacionadas con la distribución de la riqueza.
"Yellen podrá estar orgullosa de su legado", atestigua James Knightley, economista jefe internacional de ING. "La economía de EEUU crece a un ritmo cercano al 3%, la inflación busca su objetivo del 2%, el desempleo está en su nivel más bajo en 17 años y la Fed acumula cinco subidas de tipos además de reducir su masivo balance", enumera, mientras señala cómo el sistema financiero también es más fuerte y los mercados se acomodan en niveles récord. "Esto va a ser difícil de superar por Jerome Powell", sentencia.