Fue un visto y no visto. Los operadores regresaron del largo fin de semana al parqué de la Bolsa de Nueva York más que concienciados para cruzar un nuevo récord. La escalada de 1.000 puntos en 1.000 puntos a la que nos tiene acostumbrados el Dow Jones aceleró de nuevo su ascenso cruzando los 26.000 puntos en menos de la mitad de tiempo de lo que que le costó alcanzar los 25.000. Un entusiasmo que coloca las miras en una meta mucho más redonda, los 30.000.
"Solo hemos tardado siete días en llegar hasta aquí. De los 22.000 a los 23.000 fueron ocho semanas. De los 23.000 a los 24.000 fueron seis semanas. De los 24.000 a los 25.000 fueron 23 días y de los 25.000 a los 26.000 han sido siete días. Aunque a nivel porcentual, las subidas son menores, 1.000 puntos son 1.000 puntos y el mercado está que arde. Hay que permanecer invertido", indicaba a este periódico Peter Tuchman, el veterano estratega de Quattro Securities.
Al ser preguntado sobre si el Dow logrará sumar los 4.000 puntos que le separan de los 30.000 este año, Tuchman fue tajante. "Sin duda alguna", dijo insistiendo en que no cree que vaya a producirse una venta masiva. "El mercado seguirá subiendo", añadió.
Un mensaje similar ofrecía Alan Valdes, de SiverBear Capital, quien también considera que el Dow logrará los 30.000 este año. "Los cargos relacionados con la reforma tributaria podrían frenar algo el ritmo pero, en general, los fundamentales son muy fuertes y veremos como el mercado alcista continúa", explicó.
Precisamente, Citigroup, como ya hizo JPMorgan el pasado viernes, registró en su cuarto trimestre fiscal de 2017 un cargo extraordinario de 22.000 millones de dólares relacionado con el trato de los impuestos diferidos y los gravámenes a la repatriación de beneficios incluidos en la reforma fiscal aprobada por los republicanos el pasado 22 de diciembre. En el caso de la entidad liderada por Jamie Dimon, la factura fue de 2.400 millones de dólares.
Sin embargo, con una tasa de paro que toca mínimos de los últimos 17 años y una economía que no ofrece síntoma alguno de contracción, es imposible dejarse llevar por el optimismo. "No me sorprendería que en algún momento llegásemos a ver subidas y movimientos diarios de hasta 1.000 puntos cuanto más nos acerquemos a los 30.000", reconoce Valdés.
Por su parte, Ken Polcari, director de operaciones de O´Neil Securities, manifiesta que con la temporada de beneficios en pleno apogeo, los inversores prestarán toda su atención a las cifras y proyecciones. "Las expectativas apuntan a un crecimiento del 12% interanual, por lo que las metas son significativamente altas", avisa incidiendo en que si las empresas cumplen, la subida en la renta variable continuará. Si no es así y comenzamos a ver como las compañías decepcionan, la corrección "puede ser rápida y dolorosa".
Cautela en la que también influyen otros factores, desde las tensiones geopolíticas con Corea del Norte a la cabeza, como la imperiosa necesidad de aprobar un presupuesto, aunque sea temporal, antes del próximo viernes. De no lograrse una solución, el gobierno enfrentará un cierre parcial de sus operaciones. Es por ello que el Dow Jones borró durante la jornada del martes los 283 puntos que le encumbraron hacia los 26.000 para cerrar en los 25.792.
Cuando preguntamos a Tuchman sobre una posible corrección a la vista, su respuesta indica que esto "es difícil de determinar". "Si observamos la historia más reciente, el mercado solo ha vendido principalmente cuando hemos tenido titulares sobre Corea del Norte pero raramente lo que ocurre en Washington tiene gran efecto", aclara. Un hecho que no surtió efecto el martes, cuando las tensiones sobre un posible cierre del gobierno coincidiendo con el primer aniversario de Trump en la Casa Blanca acabaron por sentirse en los mercados.