
El interés por la bolsa española ha resurgido en las últimas semanas. Los elevados datos de negociación que se están registrando -el martes 19 se movió el mayor volumen diario en más de dos años- avalan no solo que los grandes inversores institucionales están comprando paquetes de acciones, sino que detrás también hay un aumento en las operaciones de minoristas.
"Estamos percibiendo una entrada de particulares en la bolsa española", señalan fuentes de mercado. También confirman un aumento de movimientos de pequeños inversores fuentes de una de las grandes entidades financieras nacionales.
Aunque no se publican datos oficiales con frecuencia sobre el peso que tienen las familias en el capital de las cotizadas españolas -Bolsas y Mercados Españoles (BME) los comunica dos veces al año-, hay cifras que invitan a pensar que los inversores minoristas también están detrás del aumento en el volumen de contratación de las últimas sesiones. En términos de efectivo la negociación siguió a la baja en marzo, pero el número de operaciones realizadas fue el más elevado desde junio del año pasado, más de 5 millones, según el último dato de la gestora de la bolsa. Y todo apunta a que en abril esta cifra seguirá al alza, lo que indica que, aunque aún no esté repuntando el dinero movido, se cerró un mayor número de operaciones más pequeñas. "Esto es una señal de que el particular está entrando más", explican fuentes del sector, que coinciden en que la cifra debería volver a subir a cierre del mes de abril.
"Estamos apreciando un aumento del volumen, y una gran parte de nuestros clientes son minoristas", indica Miguel Jaureguizar, director de desarrollo digital de Renta 4, señalando que el incremento que están registrando en esta firma incluso es más significativo en operaciones de menos de 6.000 euros. Este dato, de nuevo, indirectamente implica que pueden ser particulares los que están realizando estos movimientos más pequeños.
"Lo atribuimos principalmente a que el mercado va formando un aspecto más positivo", apunta Jaureguizar. Tras pasar un tiempo prudencial desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y una vez disipados algunos de los riesgos políticos en Europa, "el inversor minorista ya se ha decidido a entrar. Ha tardado un poco más que el institucional para comprobar que no era solo un pequeño rally", sostiene el experto que, aunque con cautela, se muestra optimista para el resto del año.
El particular ya ha visto cómo el Ibex 35 se anota un 15% en el año, tras recuperar un 20% desde la victoria de Trump, con lo que se ha convertido en el índice europeo más alcista en 2017.
El peso de las familias
El peso de los inversores minoristas es especialmente relevante en España, ya que duplica el porcentaje estimado para el conjunto de la UE. Las familias están entre los principales tenedores de acciones españolas, solo por detrás de los inversores extranjeros y por delante de bancos, empresas no financieras, firmas de inversión colectiva y seguros y Administraciones Públicas (ver gráfico). Pasaron a ocupar esta segunda posición en 2012, cuando superaron la participación que tenían las empresas no financieras.
En junio de 2016, la fecha del último dato disponible, las familias mantenían un 25,4% sobre el total de las acciones de compañías españolas cotizadas, superando el 24,4% de cierre de 2015, año en el que se produjo un retroceso. Esta cifra se recoge en el Informe de Mercado de BME de 2016, en el que la gestora de la bolsa española señala que "durante los años de la crisis, las familias se han convertido en uno de los puntales de la bolsa española, aumentando de forma importante su cartera de acciones cotizadas". Desde 2007, su peso se ha elevado en más de 5 puntos porcentuales.
No obstante, los inversores minoristas llegaron a controlar más del 35%, acechando de cerca a los no residentes en 1998 (tenían un 36,9%). Coincidió la gran etapa de privatizaciones en el mercado español, en plena efervescencia del capitalismo popular. El Estado estaba sacando a bolsa Endesa y terminaba de vender por completo Telefónica, dando entrada a numerosos particulares. Ahora, en cambio, la mayoría de OPV se dirigen exclusivamente a institucionales. La última gran colocación fue la de Aena en 2015.
Pese al elevado peso en la bolsa frente a otros tenedores, las familias, en cambio, aún destinan un porcentaje pequeño al ahorro financiero frente a otros países. Y de los 2,09 billones de euros de todo el patrimonio en activos financieros en España, solo el 7,4% se destina a la inversión directa en acciones, según datos de Inverco.
En siete sesiones, el mercado mueve más de 31.400 millones
El volumen de contratación se ha incrementando especialmente en las últimas jornadas. Desde la vuelta del puente bursátil más grande del año, la bolsa española ha movido 31.400 millones de euros, es decir, que en solo siete sesiones se ha negociado más de la mitad de todo el mes. De media, los inversores han intercambiado en torno a 4.500 millones de euros diarios desde el pasado 18 de abril, aunque en una sola sesión se superaron los 7.600 millones. A falta de dos jornadas para concluir el mes, el volumen acumulado se acerca a los 60.000 millones. Para contextualizar esta cifra, es superior a todo el dinero que cambió de manos en marzo, pero a cierre del viernes es imposible que pueda acabar por encima de la del mismo mes del año pasado, ya que entonces se negociaron más de 78.000 millones.