
El número de compañías minoristas en Estados Unidos que se acoge a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota del país crece a un ritmo histórico este año. En poco más de tres meses, un total de 14 empresas del sector han pedido la suspensión oficial de pagos, según un análisis elaborado por S&P Global Market Intelligence. Una cifra que casi supera el total de minoristas que mordieron el polvo el año pasado.
Ningún segmento del sector, entre los que se incluyen desde zapaterías de descuento o minoristas de productos electrónicos de consumo, han conseguido ser inmunes al azote del comercio online, liderado por Amazon, y por ello que el numero de compañías encaminadas a una suspensión y reestructuración de pagos se haya incrementado durante los últimos meses.
Al mismo tiempo, muchas de estas minoristas están cerrando establecimientos a marchas forzadastratando así de eliminar el exceso de espacio, recortar el coste de sus operaciones y virar sus esfuerzos a las ventas electrónicas. S&P considera que el mal estado financiero de la mayor parte de de las minoristas convencionales es el factor que impide que muchas de ellas puedan adaptarse a la creciente presión del comercio electrónico.
Una situación de la que ya alertó el mes pasado el consejero delegado de Urban Outfitters, Richard Hayne, quien manifestó que hay demasiadas tiendas, especialmente de venta de ropa. "Esto ha creado una burbuja, y como ocurrió con la vivienda, esa burbuja ha estallado", advirtió Hayne. "Ahora estamos sufriendo las consecuencias: un mayor número de cierres y una caída en los alquileres. Esta tendencia continuará en un futuro e incluso podría acelerarse".
En lo que llevamos de año,el sector minorista ha anunciado el cierre de 2.880 tiendas, más del doble que en el mismo período de 2016. La semana pasada, Bebe Stores anunció que cerrará sus 170 establecimientos y venderá sus productos exclusivamente en línea mientras que Rue21 dio a conocer sus planes para cerrar cerca de 400 de sus 1.100 tiendas. Si el ritmo se mantiene como hasta ahora, estaríamos hablando que el número de cierre de tiendas podría superar al registrado durante recesión generada por la crisis financiera de 2008.