
Los populares y los socialistas continúan actuando de la mano en lo que a medidas anticrisis se refiere. Tras varios espaldarazos del principal partido de la oposición a las medidas adoptadas por el Gobierno, ambas formaciones han ido ahora un paso más allá. En caso de que se produzcan recapitalizaciones en España, están de acuerdo tanto en limitar los sueldos y los bonus de los gestores como en congelar el dividendo.
Así lo han decidido PP y PSOE en una de las reuniones de carácter extraordinario que, con motivo del actual periodo de incertidumbre, están manteniendo a instancias del Gobierno. Los planes no contemplan todavía baremos o topes específicos ni en el recorte de la retribución a los ejecutivos ni en el pago de dividendos, quedando los detalles en el aire, hasta que aparezca un caso de necesidad que requiera una mayor concreción.
Lo que sí queda establecido es la base para una filosofía de actuación en situaciones de recapitalización, que podrían no estar tan lejos en el horizonte, a pesar de que ahora mismo parecen menos probable que en otros mercados.
Hace varios días Merrill Lynch indicaba que los dos grandes bancos del país, Santander (SAN.MC) y BBVA (BBVA.MC), requerían inyecciones de capital por importes de 6.600 millones y 2.400 millones de euros, respectivamente. Ayer, un informe de UBS destacaba que no había problemas serios de solvencia en el grupo que preside Emilio Botín y manifestaba que "el capital era sólo una dificultad teórica", aunque matizaba que todo puede ocurrir en esta época de nerviosismo de los mercados.
¿Y las cajas de ahorros? A priori sus ratios de capitalización son sólidos. El presidente de la patronal del sector, la CECA, ponía de manifiesto este hecho la semana pasada. Juan Ramón Quintás explicó que a finales de 2007 el conjunto de cajas había destinado 14.000 millones de euros a reforzar su capital, provenientes, principalmente, de la venta de participaciones industriales. Y adelantaba que en los mismos términos se iba a proceder este año. El mercado especula con la necesidad de alguna caja de ahorros, aunque se apunta más hacia las fusiones que a la ayuda estatal.
'Bretton Woods II'
La pretensión del Gobierno es seguir, en la medida de lo posible, los pasos de la reunión de Bretton Woods II, convocada en Washington para el 15 de noviembre con el objetivo de rediseñar el orden financiero internacional. En esta cita, a la que España no ha sido invitada, podría adoptarse una medida similar para casos de recapitalización, con lo que en definitiva se trata de no perder comba en las actuaciones de los principales actores de la escena internacional.
Como es sabido, esta conferencia se inspira en la celebrada en Bretton Woods (New Hampshire) en 1944, convocada por EEUU y a la que fueron invitados 44 países aliados, en la recién concluida II Guerra Mundial.
Si el Ejecutivo cumpliera su compromiso con el PP y, llegado el caso, optara por limitar las retribuciones y las aportaciones a los accionistas, tomaría de facto la vía alemana, impulsada por Angela Merkel. Es decir, que aquellas entidades financieras que recurran a las ayudas del Estado germano tendrán que aceptar irremediablemente una serie de condiciones. Entre ellas, cabe destacar la limitación del sueldo anual que percibirían los banqueros implicados a medio millón.
En concreto, el decreto que regula estos supuestos dicta que "en el caso de miembros de los órganos y directores de negocios, una remuneración anual que supere los 500.000 euros se considerará en general inadecuada". Tanto el tope que se ha marcado -al ser percibido aún como excesivo frente a los sueldos medios- como el relativismo de la redacción del texto han levantado ampollas en la sociedad alemana.