
Comprar y vender un burro en China se ha convertido en un negocio muy lucrativo. El precio del animal se dispara hasta los 1.082 euros la unidad, multiplicándose por cuatro su valor en la última década. La demanda de la piel del animal para productos milagro colapsa el mercado interno y varios países han prohibido las exportaciones al gigante asiático. La región de Shandong intenta organizar un mercado de futuros electrónicos a imagen y semejanza del mercado de materias primas de Chicago. l El e'jiao, el alimento chino que provoca la masacre de los burros en África
China tiene mercados bursátiles para todo tipo de productos o mercancías. Incluidos burros, que se negocian como cualquier valor y, como en cualquier acción, se puede especular. La bolsa china de burros es una más del millar de mercados excéntricos del gigante asiático, donde se puede comprar y vender cualquier tipo de artículo. Desde 2011 han proliferado como la espuma. Entonces había registrados 300, ahora según SunSirs, un proveedor de datos e investigaciones sobre mercados de productos chinos, están por encima de 1.000.
El gigante asiático tiene 34 provincias, y 32 tienen su propia bolsa donde se comercializan productos agrícolas, metales o productos químicos. En algunos casos se trata de un rudimentario programa informático que pone en contacto vendedores y compradores, y con las transacciones realizadas se ofrecen precios de forma oficial.
Las bolsas más conocidas para los inversores son la de Shanghai, donde cotizan las principales compañías del país, y la de Shenzhen, en la que también están presentes la mayorías de empresas que salen al mercado, pero con la peculiaridad de que pueden invertir los extranjeros. Pero recientemente ha abierto un mercado oficial de orquídeas en la provincia de Yunnan, en septiembre, y en mayo comenzó a funcionar otro en Ningbo para pequeñas empresas.
Aunque cualquier actividad financiera no escapa del régimen comunista chino, estos mercados exóticos son controlados por autoridades locales y tienen una supervisión deficiente, indica Hao Hong, jefe de estrategia de Bocom International, a Bloomberg. "Estos mercados son buenos porque favorecen el comercio y a la economía, pero el desarrollo incontrolado no crea beneficios reales", subraya. El analista cuenta que muchos de ellos se crearon como un mercado opaco de derivados para cubrir posiciones, pero han evolucionado para los inversores locales como un mercado con un fuerte componente especulativo.
El precio del burro se multiplica por cuatro
Y la bolsa de los burros no se ha librado de los inversores que intentan pegar el pelotazo bursátil. Este mercado nació por la misma razón que se creó un mercado de cerdo o de soja, para abrir los productos al mercado internacional y poder negociar futuros. De hecho, el burro cotiza como un producto agrícola más como el trigo.
Pero la fuerte demanda de burros en China ha disparado su precio. En la última década se ha multiplicado por cuatro hasta los 8.000 yuanes (1.082 euros). No ha sido porque los agricultores necesiten más animales de carga para trabajar el campo, sino porque su piel es utilizada para elaborar el e'jiao, una especie de gelatina a la que se le atribuye propiedades naturales y medicinales, de gran aceptación en la emergente clase media.
Pero el asno también tiene un problema de oferta que favorece las posiciones especuladoras sobre el valor, esperando grandes ganancias. Los criadores de burros tienen dificultades para abastecer el mercado, ya que son animales con un periodo de gestación largo, de 14 meses. Por ello, China ha tenido que recurrir al mercado internacional con importaciones de países como Níger o Burkina Faso. Ambos países se han visto obligados a prohibir la venta exterior para proteger a los animales.
"Los precios están tan inflados que muchas familias en estos lugares no pueden cultivar sus tierras por la falta de burros", denuncia Mike Baker, director de la ONG británica Donkey Sanctuary. Los productores chinos de e'jiao empresas tienen problemas para mantener sus fábricas en funcionamiento, mientras las autoridades han lanzado programas estatales a través de empresas públicas para impulsar la cría nacional de burritos.
Cómo funciona el mercado chino
Las zonas rurales de la provincia de Shandong son las principales "emisoras" del producto, que suele ser intercambiado por teléfono. Un agricultor llama al gestor del mercado ofertando un grupo de animales a un precio determinado. El gestor del mercado Dong-EE-Jiao, de propiedad pública, manda a un empleado para certificar la existencia del producto y la calidad del mismo, para después publicar la oferta.
Los mercados exóticos de China son una fuente de preocupación para las autoridades gubernamentales, ya que son conscientes de que las autoridades locales no están preparadas para supervisar de manera adecuada las operaciones. En enero, se destapó un escándalo de manipulación de mercado en una bolsa regional en la que se operaba con pieza de coleccionista como sellos o monedas. En 2015, el fundador de la bolsa de oro y plata en la provincia de Mongolia Interior escapó con los fondos de los inversores. Todavía no se ha descubierto su paradero y el mercado está caído.
Sin embargo, también hay mercados regionales que se han convertido en una referencia para lo inversores internacionales. La bolsa de acero inoxidable nació como un mercado regional en 2016. Ahora es un importante mercado de futuros que funciona como los de Chicago de materias primas, con un comercio centralizado, contratos estandarizados, almacenamiento y custodios de terceros. Abre casi de manera continua de lunes a viernes y rivaliza en popularidad con el mercado de futuros de níquel de Shanghai.