
Los escándalos, sean de la índole que sean, suelen pagarse caro en bolsa. Basta con mirar, por ejemplo, a Volkswagen que desde que se conoció el escándalo de las emisiones en septiembre de 2015 no ha conseguido recuperar todo lo perdido. Sin embargo, hay otras compañías a las que parece no afectarles las noticias negativas. Es el caso de Samsung que, pese a tener un problema con las baterías del Samsung Note 7 o al arresto del heredero de la firma por malversación de fondos, perjurio y ocultación de activos en el extranjero, está en zona de máximos históricos.
En agosto del pasado año Samsung presentó uno de sus proyectos más ambiciosos: el Samsung Note 7. Apenas dos meses después, el escándalo envolvía a la compañía y amenazaba con tirar su reputación por los suelos. Las explosiones descontroladas de las baterías de estos terminales derivaron en el cese de la fabricación y la recuperación de todas las unidades vendidas. Y, salvo caídas puntuales, lo cierto es que Samsung no se ha resentido y desde que se conoció el problema de sus nuevos smartphones ha subido en bolsa más de un 20%.
Sin embargo, esta no fue la única prueba de fuego a la que se enfrentó la empresa coreana ante el mercado. A finales de octubre de 2016 Corea del Sur vivió una crisis política que terminó con el cese de la presidenta Park Geun-hye, un escándalo en el que está envuelto Lee Jae-yong, el heredero del imperio Samsung (su abuelo fundó el grupo).
Al empresario se le acusa de soborno, malversación de fondos, perjurio y ocultación de activos en el extranjero. Todos estos cargos relacionados con Choi-Soon-sil, conocida como la Rasputina surcoreana y cuya influencia en la, de momento, ex presidenta (tiene que decidirlo el Tribunal Constitucional) habría servido para que el heredero lograra favores del Gobierno. Lee Jae-yong está bajo custodia policial desde el pasado 17 de febrero. Ayer, en la primera vista del juicio, los abogados del empresario negaron todas las acusaciones.
Al mercado no le preocupa
A falta de conocer la sentencia, esta bomba tampoco ha hecho mella en la cotización de una de las tecnológicas que más teléfonos móviles vende en el mundo. De hecho, la subida que lleva este año, superior al 11%, ha llevado a sus títulos a marcar máximos históricos, en los 2 millones de wones (unos 1.640 euros por acción).
Tampoco entre los bancos de inversión han pesado los problemas de Samsung. El 89% de las casa de análisis que siguen a la compañía recomienda comprar sus títulos y le otorga recorrido en bolsa. Es el caso de Morgan Stanley, que sitúa su precio objetivo en los 2,3 millones de wones, lo que se traduce en un potencial del 15%. Más optimista aún es Nomura, con una valoración de 2,7 millones de wones, lo que le deja un avance para los próximos doce meses del 35%.
En 2016 la firma consiguió ganar 17.468 millones de euros, un 17,3% más que en el ejercicio anterior. De cara a este año, el consenso de mercado espera que su beneficio ascienda a los 25.319 millones de euros, casi un 45% más y que supondría la mejor cifra de su historia.
Desde el punto de vista técnico, Carlos Almarza, analista de Ecotrader, explica que "la compañía se encuentra en tendencia alcista y mientras no pierda la cota de los 1,77-1,89 millones de wones seguimos confiando en mayores subidas".
