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La venganza del consumidor y el efecto Trump impulsan a EEUU en la recta final del año

La venganza del consumidor estadounidense tras un tedioso arranque de año sirve de músculo para que la economía de Estados Unidos recupere su velocidad de crucero en la segunda mitad de 2016. La segunda revisión del PIB correspondiente al tercer trimestre fue revisado al alza en tres décimas hasta situarse en el 3,2%, su mejor marca desde el segundo trimestre de 2014. Aunque los expertos consideran este dato como "una vieja noticia" es cierto que "la mejora en el gasto del consumidor y de los ingresos, incluidos los beneficios empresariales, hacen pensar que la demanda será fuerte en los próximos trimestres", avisa Nariman Behravesh, economista jefe de IHS Markit.

No es para menos. Entre los meses de julio y septiembre, una de las mejoras con más calado fue precisamente en el consumo, cuya lectura alcanzó el 2,8% desde el 2,1% anteriormente previsto. Es importante tener en cuenta que el gasto de los estadounidenses supone tres cuartas partes de la economía por lo que cualquier mejora en este aspecto es siembre bienvenida. Más aún cuando acabamos de dar el pistoletazo de salida a la temporada de compras festivas, donde la Federación Nacional de Minoristas (NRF) estima que las ventas subirán un 3,6% este año hasta los 655.800 millones de dólares.

A la espera de los acontecimientos, y con las compras online tocando máximos históricos de 3.450 millones de dólares durante la jornada del Cyber Monday, otro motivo para el optimismo llegó de mano de los beneficios acumulados por las compañías patrias, que en el tercer trimestre regresaron a territorio positivo hasta acumular una subida del 6,6% y situarse en los 133.800 millones de dólares. No debemos olvidar que este factor fue negativo entre los meses de abril y junio al registrar una caída de 12.500 millones de dólares, alrededor de un 0,6%. Con el consumidor sacando músculo y las empresas dejando atrás la recesión registrada por sus beneficios, los vientos soplan a favor de la mayor economía del mundo.

Según el indicador GDPNow que elabora la Reserva Federal de Atlanta, EEUU crece en el trimestre en curso a un ritmo del 3,6% mientras que las proyecciones de la Fed de Nueva York sitúan el avance en un 2,5%. Una recuperación sorprendente si tenemos en cuenta que el crecimiento económico en la primera mitad del año sobrepasó por la mínima el 1%.

Ahora, con la incertidumbre electoral fuera de la mesa, la inflación repuntando y la Fed preparada para subir tipos de interés el próximo 14 de diciembre, parece que la confianza de los consumidores también repunta. El indicador que elabora la Conference Board alcanzó en noviembre los 107,1 puntos, su mayor nivel desde julio de 2007, justo antes de que la crisis financiera comenzase a dar sus primeros coletazos. Dentro del dato general es importante destacar que el indicador de empleo subió un 5,2% frente al 3,6% registrado en octubre.

El repunte de la actividad económica llega incluso antes de que el presidente electo, Donald Trump, de rienda suelta a sus medidas económicas, que implican estímulos fiscales e inversiones en infraestructuras por un valor que llegaría a tocar casi el billón de dólares. El empresario, que tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero, busca simplificar y reducir los impuestos a los individuos además de rebajar significativamente el impuesto de sociedades a las compañías estadounidenses.

Al mismo tiempo busca aprobar un paquete de inversiones en infraestructuras que podría alcanzar los 550.000 millones de dólares. Medidas que a ojos de los expertos repuntarán el crecimiento a partir de la segunda mitad del año que viene. Eso sí, esta receta también fomentará la inflación y puede obligar a la Fed a tener que ajustar el precio del dinero de una forma más brusca de lo estimado hasta ahora.

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