
Con las encuestas en Italia apuntando a una derrota de Matteo Renzi en el referéndum del 4 de diciembre, el mercado ha comenzado a descontar una situación más que complicada en Italia. Desde comienzos del mes de septiembre, la rentabilidad exigida por los inversores al bono italiano a 10 años casi se ha duplicado, pasando del 1,08% al 2,13% en el que se sitúa actualmente.
La subida en los rendimientos exigidos por el mercado ha sido generalizada -ante el temor a que los estímulos del BCE duren menos de lo esperado inicialmente y la subida en las expectativas de inflación-, pero en el caso transalpino el alza se ha visto exacerbada por la incertidumbre política.
De este modo, el diferencial entre la deuda española e italiana a 10 años se ha ampliado hasta los 55 puntos básicos, cuando durante el año el rendimiento extra exigido al bono español frente al transalpino ha llegado a los 24 puntos básicos. Mientras, frente al bono alemán el diferencial ya supera los 180 puntos básicos.
En este contexto, los analistas se afanan por calcular si el mercado ya ha puesto en precio la victoria del no en el referéndum. A nivel general, los expertos creen que una derrota de Renzi que no acabe en una crisis política está descontada, pero que el peor escenario sí que podría complicar aún más las cosas en el país.
"Un escenario más crítico que condujese a una paralización política llevaría a una rápida ampliación de los diferenciales y un mayor deterioro en la situación de los bancos del país", señala Céline Renucci, estratega del equipo de research de AXA IM.
Por su parte, desde Nordea consideran que en caso de victoria del no "los mercados financieros pondrían en precio la incertidumbre política. Vemos difícil ver cómo podrían ver algo positivo como hicieron después de las recientes elecciones en Estados Unidos".
Por contra, en caso de que las encuestas no acierten con sus previsiones -algunos expertos advierten de que los sondeos en el país son aún menos fiables que en Estados Unidos o Reino Unido-, se espera que el rendimiento exigido a la deuda del país se aliviase sensiblemente. "Esperaríamos ver un rally en la deuda italiana, con casi todo o todo el diferencial con respecto a la deuda española cerrándose", señalan desde IIF.
Por su parte, en Axa creen que una decisión así implicaría que la prima de riesgo con respecto a la deuda alemana se estrechase hasta los niveles de octubre. Y que esta mejora se extendiese a la renta fija del resto de países periféricos. Y es que el mercado sigue viendo en muchas ocasiones a los países periféricos como un todo en lugar de analizarlos individualmente.
Peligro para el rating
Otra de las consecuencias previsibles en caso de una victoria del no sería que las agencias de rating degradasen la calificación del país, si bien el riesgo de que su deuda pase a ser bono basura -y, por tanto, quede fuera del alcance de las compras del Banco Central Europeo- parece limitado.
De las cuatro agencias de calificación que el BCE tiene en cuenta para establecer su universo de deuda solo S&P tiene el bono italiano a un peldaño de pasar a ser basura. Mientras, la canadiense DBRS es la que tiene a Italia más lejos de perder el grado de inversión: cuatro peldaños por encima.
"Un periodo de incertidumbre económica y/o política también comprometería la calificación crediticia del país y podría llevar a una espiral negativa de rebajas de su rating e incrementos de rentabilidades", advierten en IIF.