
Las urnas no dan tregua a los mercados. Pese a que todavía no se han recuperado de la 'resaca' del 'Brexit' y de la victoria de Trump, el referéndum en Italia, que se celebrará en diciembre, amenaza con acrecentar la incertidumbre y entorpecer el saneamiento del sector financiero. Y aún antes de que termine el año, tendrán que aguantar la respiración ante las decisiones del BCE y de la Fed
Tras el Brexit y la victoria de Donald Trump, el mercado prefiere no pensar en otra conquista antisistema. Sin embargo, no le queda más remedio. El 4 de diciembre, los italianos deciden si dan luz verde o cancelan la propuesta de Matteo Renzi, actual primer ministro, de adelgazar el Senado a una sola cámara para acabar con la histórica ingobernabilidad del país transalpino, que ha tenido 63 gobiernos en 70 años de democracia. En realidad, que la reforma salga adelante no preocupa tanto como que su rechazo se cobre la cabeza del propio Renzi, quien cuenta con el beneplácito del mercado, y se lea como otro triunfo del populismo. "Podría verse forzado a convocar elecciones y eso abriría la puerta a la posibilidad de que el Movimiento 5 Estrellas llegue al poder", admiten desde Bankinter.
"De nuevo, un mal contexto para los bancos", se lamenta, por su parte, Javier Niederleytner, profesor del IEB. En el mejor de los casos, si acaba aprobándose, "debería dar más agilidad a las decisiones del Gobierno" para seguir acometiendo la reestructuración del sector financiero, según explica Carlos Fernández, analista de XTB. "Su saneamiento debe acometerse de forma urgente", insiste Josep Beltrán, de EAE Business School.
De momento, las encuestas dan una ligera ventaja al 'no' pero, sobre todo, reflejan la existencia de un gran número de indecisos: más de un 20 por ciento de los llamados a votar, según coinciden los sondeos. Para Marisa Cabrita, de Orey Financial, "el mercado está descontando ya el rechazo de la propuesta", lo que, en su opinión, se refleja "en una subida de la prima de riesgo, dando lugar a un aumento de los costes de financiación de las empresas". "Se percibe que el voto reaccionario es una amenaza a la estabilidad y esta sensación ha llevado a los tipos de los bonos italianos a diez años a subir hasta rozar el 2 por ciento, bastante por encima de los españoles, en lo que supone su mayor diferencia desde 2012", apunta Legg Mason.
"Las compañías más expuestas a los cambios en el coste de la deuda serán las más afectadas, con especial énfasis en los sectores de los servicios públicos, banca, seguros y telecomunicaciones", continúa Marisa Cabrita. Un impacto que, ya esta misma semana, después de que el republicano Donald Trump ganara las elecciones presenciales de Estados Unidos, ha quedado patente en el parqué -ver páginas 2 y 3- . "Si gana el 'no', viviremos otro terremoto a corto plazo", vaticina Raquel Blázquez, gestora de Ibercaja.
Y no es el único escollo al que se enfrenta el mercado en la recta final de 2016. El calendario se muestra sinuoso y puede frustrar una recuperación de las bolsas. Sobre todo en Europa, que Víctor Alvargonzález, director de estrategia de Tressis, describe como "el emergente de las economías desarrollados por motivos políticos". Inmediatamente después de que se celebre el referéndum en Italia, en Reino Unido, el Tribunal Supremo se pronunciará sobre la obligatoriedad o no de que sea el Parlamento el que decida sobre el Brexit. "Aunque al final acabe produciéndose la ruptura, hay una diferencia entre que se debata en la cámara de representación o que el Gobierno la ejecute de forma unilateral", considera Josep Beltrán.
"El Parlamento británico suavizaría la manera en la que Theresa May tiene pensado enfocar las negociaciones con la Unión Europea", avanza Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, quien cree que se traduciría "en que el Brexit sea menos duro de lo que en algunos momentos se ha llegado a especular". "Si se confirma esta vía, la libra se fortalecerá y también las bolsas en general", señala Javier Niederleytner. Por el contrario, "si se considera el referéndum del 23 de junio vinculante, podemos esperar una fuerte depreciación de la divisa británica que borre la recuperación de las últimas semanas", comenta Carlos Fernández. Eso sí, "a pesar del resultado de los procesos judiciales, se respetará lo decidido en la consulta", afirma Marisa Cabrita.
El jueves de esa misma semana de diciembre, el Banco Central Europeo inaugurará la ronda de las últimas reuniones de 2016 previstas por las principales instituciones monetarias a nivel mundial. "Los rumores sobre que Mario Draghi anuncie una ampliación del programa de relajación cuantitativa se multiplicaron tras la victoria de Donald Trump", relata el equipo de análisis de Legg Mason. Sin embargo, existe otra corriente que defiende que el BCE puede preparar al mercado para el inicio del tapering -reducción de los estímulos- e incluso fecharlo a partir de marzo del año que viene. "Es algo que el mercado podría encajar incluso positivamente, ya que abriría la expectativa a que haya un final próximo a la situación de tipos negativos que tanto daño está causando a la industria financiera europea", opina Bankinter. Felipe López-Gálvez reconoce que "existe el sentimiento de que podría ir reduciendo los estímulos y que subirá tipos antes de lo previsto, quizá en 2018; un cambio en las expectativas ante el que las bolsas pierden atractivo, en especial las empresas más endeudas y las de dividendo por el incremento de la rentabilidad de los bonos". De hecho, las tensiones que puede desatar esta decisión se vieron ya este mes.
La última fecha clave es el 14 de diciembre, cuando se reúne la Reserva Federal. "Puede suceder que aplace la decisión de subir los tipos hasta después de la toma de posesión del nuevo presidente", alerta Josep Beltrán. Sin embargo, la mayoría de los analistas coincide en que Janet Yellen se verá obligado a incrementar el precio del dinero en 0,25 puntos. Por un lado, para "enfatizar su independencia" ante los ataques de Donald Trump durante la campaña, recalca Javier Niederleytner y, por otro, para reforzar su credibilidad.