
El sector de las telecomunicaciones ha dado un vuelco en las últimas décadas. Después de que el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) haya sido el escenario de la oleada de operaciones corporativas de Másmóvil tras las adquisiciones de Yoigo y Pepephone, VozTelecom quiere convertirse en la teleco de referencia de este mercado. Lee la entrevista completa en el nuevo número de la Revista elEconomista Catalunya
La compañía es, además, la última empresa catalana que ha saltado a este mercado, ya que debutó a finales de julio. Esta firma con sede en Cerdanyola del Vallés (Barcelona), sin embargo, no es una teleco común, ya que ofrece sus servicios sólo a pequeñas y medianas empresas, a las que ofrece servicios a través de centralitas virtuales. Es decir, que utilizan el cloud para proveer a las pymes de líneas de teléfono fijo y móvil, además de conexión a Internet. Xavier Casajoana es quien lidera el nuevo Másmóvil para pymes.
¿Cuál es su objetivo en el MAB, 'comer' o 'ser comido'?
El destino de VozTelecom es el de cualquier empresa del MAB. El primer paso es crecer. La adopción de comunicaciones en la nube se multiplicará en los próximos años. Esta alza del mercado la tenemos que aprovechar, y lo vamos a hacer con las oportunidades de compra que surjan.
Entonces, ¿primero quieren 'comer' para ser más atractivos después?
Cuando haya un líder que sea operador de pymes, al estar en un mercado cotizado, estas expuesto a que haya una OPA por parte de alguien. Tanto si quieres como si no, porque tenemos todas nuestras acciones cotizando en el mercado. Es exactamente la misma exposición de otras compañías como Lleida.net, Eurona o la propia Másmóvil. En el mercado colocamos un 21,55 por ciento del capital en el mercado, y el núcleo duro de accionistas controlamos entre el 70 y el 80 por ciento. De momento, no hay ningún operador líder especializado en pequeñas y medianas empresas. Las firmas tradicionales son compañías que operan en diferentes mercados, pero las pymes demandan un tipo de comunicaciones muy concreto, por lo que la especialización es fundamental. En ese sentido es clave tanto la especialización como el servicio que das y la atención al cliente.
Telefónica tiene gran parte del negocio de las pymes...
Sí, Telefónica es la única gran empresa que tiene una cuota de mercado astronómica, con más de un 80 por ciento. Ni los retevisiones, ni los ono de turno les han hecho daño. La oportunidad de negocio está en las pymes, hay medio millón de empresas de entre 5 y 100 trabajadores que necesita servicios de comunicaciones del siglo XXI y a la altura de la gran empresa. Las pymes necesitan ser atendidas al mismo nivel que estas grandes compañías, y es lo que les ofrecemos nosotros, a un precio adaptado.
¿Prevén adquisiciones en los próximos meses?
Cuando se presenten oportunidades, las ejecutaremos. Nuestro objetivo es crecer hasta 2019, y por ello también decidimos dar el salto al MAB, para tener herramientas que aborden este crecimiento. Hay varias divisiones entre las telecos; nosotros estaríamos en la tercera, y aquí va a haber una fuerte consolidación en los próximos años. Nosotros tenemos la firme voluntad de liderar esta ola de fusiones para ser el primer operador de pymes en España.
¿A quién le lanza el guante? ¿Qué empresas serían susceptibles?
Hay una docena de empresas que son de nuestro mismo segmento y que operan para pequeñas y medianas empresas. Nunca compraremos una empresa que opere en el sector residencial. Nos atraen compañías que estén en nuestro sector, y evidentemente que nos comporte una cartera de clientes. No diré nombres porque no tenemos ninguna identificada.
¿Y si hay 'telecos' similares a la suya pero que operan en el extranjero?
Todo lo que nos pueda aportar valor en nuestro segmento lo analizaremos. Ese es el único criterio, que nos aporten clientes, tanto en España, como fuera de España. De momento, el 90 por ciento de la empresa está en aquí, pero también tenemos presencia en México, donde no tenemos competencia y que se está adaptando a los servicios de telefonía IP. México está justo como estaba España hace diez años en este sentido.
¿Se plantearon cotizar en otros mercados más maduros para empresas en expansión como el AIM inglés o el Alternext francés?
Sin duda. De hecho, hicimos un estudio interno con un proyecto de viabilidad que empezamos en 2012. Aunque el mercado inglés tiene más de 1.000 empresas y el francés también ofrece grandes oportunidades, al final es importante que salgas en un mercado donde los inversores entiendan bien la compañía. Teniendo en España nuestro principal mercado, y donde teníamos más posibilidades de buscar financiación y realizar la ampliación de capital, era natural hacer este primer paso en el MAB.
Antes de saltar, hicieron una ampliación de capital de 2,8 millones. ¿Cómo la llevaron a cabo?¿Volverán a financiarse a corto-medio plazo?
A corto plazo no repetiremos, ni mediante ampliación, ni con ninguna emisión de deuda. Necesitábamos 5 millones de euros para llevar a cabo nuestros planes. Por eso salimos al MAB, para obtener financiación. Tenemos un plan de negocio diseñado hasta 2019 con una meta agresiva, que es duplicar la facturación hasta llegar casi a los 20 millones. Pero primero, hicimos una ampliación de 2,8 millones con suscripción preferente antes del debut, que nos ha permitido obtener un núcleo duro de accionistas con el 70 por ciento del capital. Después, colocamos un 21,55 por ciento del capital en el mercado. Los dos millones restantes los conseguimos con un crédito por parte de Banco Sabadell, Caixabank, Deustche Bank y Banco Popular.
¿Les incomoda tener tantos fondos en el capital?¿Qué les exigen?
En absoluto. La compañía nació en 2003 y vimos claro que necesitábamos un capital que no teníamos, por lo que tener socios financieros era clave. Ahí entraron los fondos, que se mantienen y tienen un compromiso de permanencia de otros dos años y que, además, nos piden cumplir el plan estratégico.
¿Cómo alcanzarán los objetivos?¿Cómo duplicarán facturación?
Para duplicar nuestra facturación actual de 9 millones, vamos a desplegar una red de franquicias en las principales provincias de España hasta llegar a 20 oficinas en 2019. Ahora tenemos dos sedes, una operativa y principal en Barcelona, y otra comercial en Madrid, donde nuestro equipo de estrategia planifica toda la distribución y captación de franquiciados. Antes teníamos más de la mitad de nuestro peso en Catalunya; ahora ocupa un 35 por ciento. Nuestra mira está puesta sobre todo en Madrid, Valencia, Andalucía, Galicia, País Vasco. El año que viene abriremos cinco.
¿Ven viable saltar pronto al Continuo?
No. Somos muy conscientes del sector en el que estamos, y no es un mercado masivo. Por lo tanto, nuestro mercado potencial alcanza las 500.000 empresas; la facturación que puede llegar a generar VozTelecom en los próximos siete años no superará los 200 millones.
¿Recomendaría a otras empresas saltar al MAB? ¿Cómo ve el ambiente empresarial en Catalunya para que se produzcan más salidas?
Depende de qué quieran, si buscan tener herramientas de financiación y crecer inorgánicamente sí. El mercado tiene cosas buenas, pero también tiene sus contrapartidas como la transparencia que se exige, que no es mala, y tiene recompensas si lo haces bien, pero es muy costoso para algunas entidades. Si vemos la densidad de creación de empresas en Catalunya, sobre todo en el sector tecnológico, es lógico que aquí haya más salidas a bolsa. Las principales empresas catalanas tienen una mentalidad muy familiar, y el MAB está diseñado para empresas jóvenes, que nacen, se desarrollan y tienen unos años de futuro. Entendemos que de esas empresas más tradicionales no habrá ningún cambio, y si lo hay, apuntarán al Continuo.
¿Cuál es su visión del MAB? ¿Qué destacaría a positivo o negativo?
El problema es que cuando este mercado nació se topó con la crisis económica. A Alternext (Francia) también le está costando. Cuando nace un mercado, el regulador tiene que fomentar la actividad, y aquí se ha pagado el ser demasiado flexibles para dar entrada a algunas compañías, como fue el caso de Gowex. Ahora se ha corregido, y nosotros lo hemos pagado, ya que hemos sufrido un endurecimiento muy importante de los requisitos y condiciones. Sí, será más difícil que entren nuevas compañías, pero va en beneficio de los inversores. Si el mercado no puede dar garantía a los inversores, no habrá nadie que quiera invertir. Este es el gran déficit del MAB, la poca liquidez que hay, igual que en el Continuo, pero somos las empresas quienes tenemos que ser atractivas para que los inversores nos confíen parte de su cartera. Aunque hay que destacar que en el último año, el MAB ha movido mucho más dinero que años atrás. Poco a poco se va mejorando.
¿Cómo ve el sector de las telecomunicaciones español en el escenario internacional? ¿En qué punto estamos?
En España y Europa tenemos un problema que no tienen Estados Unidos o Asia. Aunque hay una voluntad clara de tener un mercado único en Europa, la realidad es que cada mercado es independiente. Eso se nota en la dimensión de las compañías. A pesar de que muchas son muy grandes, siguen estando en desventaja con las empresas americanas, que son diez veces más grandes. Además, las operadoras grandes de telecomunicaciones tienen muy difícil crecer en sus mercados naturales. Telefónica no crece substancialmente, ha crecido en los últimos años porque supo espabilarse y operar en Latinoamérica. Vodafone es transnacional y opera en diferentes mercados, Orange es la primera en Francia y también trabaja en diferentes mercados... En sus países ya no pueden crecer, el mercado residencial no aumenta porque el crecimiento está capado. Ya nadie tendrá más móviles, la penetración de esta tecnología supera el 100 por ciento.
¿Cuál es el gran reto si ya no se puede crecer?
El gran reto de las telecos cotizadas es, precisamente, encontrar la forma de crecer sin dejar de ser un operador de primera división. Y no es un reto fácil. Ahora hay una apuesta muy fuerte por la fibra óptica, pero, al final, no son nuevos clientes, sino que son usuarios que tenían una línea ADSL y se la cambian por una de fibra. Aquí entra la televisión. La esperanza de las empresas de telecomunicación son los paquetes de televisión de pago, cuyos precios han bajado mucho en los últimos años. Existe un problema, y es que aunque se está haciendo un esfuerzo muy importante para implantar fibra óptica en los hogares, el número de abonados de televisión es prácticamente el mismo que hace cinco años. Por lo que la televisión tampoco es un camino seguro de crecimiento para las compañías.
¿Cree que habrá otra ola de fusiones?
En primera división ya está hecha la faena: ahí englobaríamos a los gigantes del sector... veremos quién compra Másmóvil. El regulador tiene muy claro que en España tiene que haber cuatro operadores para que haya competencia. En Inglaterra, por ejemplo, no han dejado que Telefónica venda 02 porque no quería tanta concentración. Queda una segunda división por volumen de facturación, donde están Euskaltel, Telecable -que en su momento parecía que se fusionaría con Euskaltel-; quién sabe qué pasará.
Hablando de divisiones, ¿España en qué división está en el sector de las telecomunicaciones a nivel usuario en Europa?
El paso de la España de la ADSL a la de la fibra óptica es como pasar del Seat 600 al 124, o de la máquina de escribir a la microinformática. El Internet de alta velocidad es clave para ser un país avanzado, y aquí lo estamos logrando gracias a Telefonica. España es uno de los países líderes en este sentido en Europa. Sin contar los países nórdicos, somos el país con más hogares con posibilidad de conectarse a la alta velocidad y esto favorece a nuestro negocio. A más velocidad, mejor acceso al cloud tienen los usuarios.