Bolsa, mercados y cotizaciones

La banca española crecerá la mitad que la europea los próximos dos años

  • Ningún banco cuenta con una recomendación de compra
  • Su beneficio aumentará entre 2016 y 2018 solo un 30%

En lo que va de año, el sector bancario en Europa ha sido el que ha tenido un peor comportamiento, con un retroceso en bolsa del 16%. Todas las entidades de la región están sufriendo por la ausencia de negocio tradicional con unos tipos de interés por los suelos. Sin embargo, gran parte del crecimiento por beneficios esperado para el Viejo Continente depende de las firmas bancarias y por países la situación varía sustancialmente.

De este modo, España es el segundo peor parado en este sentido, solo por detrás de Francia: las ganancias de las entidades españolas subirán un 30% los próximos dos años -sin contar a Popular, que tendrá pérdidas elevadas este año-, la mitad de lo que lo harán en el resto de Europa -donde aumentarán un 61%-.  

El principal problema que afronta el segmento en el Viejo Continente es su escasa rentabilidad, una circunstancia que se acentúa en el caso de la banca de nuestro país. El consenso de mercado prevé que la rentabilidad sobre el capital (ROE) de los cinco mayores bancos del Viejo Continente (excluyendo a los españoles) se quede en el 8,8% este mismo año, mientras que para España se prevé un 6,6%.  

En nuestro país, sólo Bankinter superará la media de las grandes entidades de la región. "Creo que hay mucho interés en saber por qué la rentabilidad de la banca española es tan baja. La explicación habitual es que el mercado necesita otra ola de consolidaciones. El mercado está demasiado atomizado, lo que lleva a las pequeñas entidades a unas estructuras de costes que no son de escala y que resultan ineficientes, lo que reduce el poder de fijación de precios", explica Johan de Mulder, analista de Bernstein.  

Sin fusiones

En esta misma línea, Aurelio García del Barrio, profesor del IEB, considera que "lo que ocurre es que en España la banca está mal dimensionada" y recuerda que "antes de finales de 2015 se esperaba una oleada de fusiones y eso se ha parado por la incertidumbre política, que es otro tema que empieza a notarse". Y es que a falta de menos de un mes para las elecciones del 26 de junio las encuestas continúan mostrando unos resultados en los que alcanzar un pacto no resultará fácil. Precisamente, el último informe sectorial de JP Morgan indica que la incertidumbre hasta la formación de un Gobierno "podría llevar a las empresas a posponer sus inversiones, lo que sería negativo para el crecimiento de los préstamos en el corto plazo".  

Este es otro de los puntos clave en el futuro de la banca española: el crecimiento del crédito. Es una de las principales preocupaciones del sector y, de hecho, el Banco de España ha tenido que intervenir ante la guerra de precios que se está librando para ganar clientes. Recientemente, el supervisor aprobó una reforma en la que penaliza a aquellos bancos que incurran en esta práctica.  

El excesivo endeudamiento en el que ha incurrido el sector privado en España -en 2010 alcanzó el 230% del PIB y en 2015 cerró en el entorno del 180%- han castigado las perspectivas del crecimiento del crédito. "Aunque la economía se ha venido recuperando, el apalancamiento aún es elevado y pese a que esperamos que los préstamos comiencen a crecer otra vez, es probable que la subida sea tenue", reflexionan desde Barclays. Mientras, en Berenberg explican que la competitividad ha llevado a "una erosión de los márgenes, ya que los bancos compiten por precios" y desde la casa alemana no esperan que "esta dinámica cambie, ya que es probable la pesada carga de la deuda limite las oportunidades de crecimiento". Así, los expertos no confían en el sector: ninguna entidad española es una compra y Bankinter y Popular son un vender.

Recortes en las previsiones

Durante los últimos doce meses las perspectivas de crecimiento se han visto sensiblemente recortadas en toda Europa. Sin embargo, el sector bancario ha sido el que se ha llevado la peor parte. En un año las previsiones de ganancias para 2017 de las firmas europeas, excluyendo a la banca, han retrocedido un 15%, mientras que en el caso de los bancos el retroceso se eleva al 27%. En España el recorte se sitúa en el 26%, si bien las diferencias son notables: la mayor caída es la de CaixaBank, con un 36%, mientras que Bankinter es la entidad que mejor aguanta y solo cede un 3% -si bien es verdad que para la catalana se prevé el mayor aumento de ganancias y para la firma naranja el segundo menor.   

A los problemas que ha vivido todo el sector por los bajos precios del dinero en la eurozona y por el escaso crecimiento del crédito en España, en el caso de los dos gigantes de sector en el país se ha unido su elevada exposición a los países emergentes.  

El Santander generó en 2015 el 20% de su beneficio en Brasil y la debilidad de la economía del país y de su moneda han penalizado fuertemente sus previsiones. Por su parte, aproximadamente dos tercios de las ganancias de BBVA proceden de los mercados emergentes, con sus principales intereses en México y Turquía.

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