
El 28 de abril será una fecha clave para Volkswagen, rendirá cuentas al mercado con la presentación de sus resultados de 2015. Unas cifras que determinarán los próximos pasos de la automovilística germana, ya que evidenciarán qué efectos ha tenido finalmente la crisis en la que lleva envuelta la firma desde septiembre del pasado año.
Fue la EPA (Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos) la que destapó la liebre al descubrir que los coches de la compañía germana tenían trucadas las pruebas de emisiones, llegando a superar los niveles en cuarenta veces frente a lo declarado por Volkswagen.
Un escándalo que, como no podía ser de otro modo, ha supuesto un duro varapalo para la compañía. De hecho, los títulos de la alemana llegaron a caer por debajo de los 93 euros, algo que no sucedía desde el año 2011. "En este caso la multa máxima a la que podría hacer frente la compañía sería de 16.000 millones de euros (tomando como baremo la multa máxima a pagar por vehículo en EEUU, 37.500 dólares por coche). Aunque en otros casos en el sector automovilístico en EEUU las multas han sido muy inferiores", apunta Banco Sabadell.
No obstante, y a expensas de lo que ocurra en el futuro (EEUU también ha demandado a Volkswagen por publicidad engañosa sobre "diésel limpio"), el mercado confía en que el grupo saldrá de esta con fuerza suficiente a tenor de sus previsiones. Si bien antes de que se destapase el fraude la media de expertos que recoge FactSet esperaba un beneficio para este año de 11.826 millones de euros, un 34 % más de lo que estiman ahora, sus ganancias serán las segundas más elevadas de Europa. Así, mantedrá la posición en el podio del beneficio europeo que ha disfrutado durante los últimos años (ver gráfico) gracias a sus 7.831 millones (para 2015 se esperan poco más de 6.000).
"Creemos que Volkswagen sigue manteniendo un debate constructivo con las autoridades de Estados Unidos para encontrar una solución en la crisis de las emisiones y en Europa está progresando en la reparación de los vehículos con correcciones de software y hardware", explican desde JP Morgan. En este sentido, de cara a 2017 se prevé que sus ganancias superen los 10.000 millones de euros, lo que la situaría a la cabeza del índice europeo.
Una de cal y una de arena
El alivio de presión sobre la percepción de Volkswagen también se ha dejado notar en su recomendación. Hace apenas seis meses los analistas aconsejaban deshacerse de los títulos, mientras que ahora recomiendan mantenerlos en cartera. En este sentido, desde que la cotización de sus acciones tocó fondo, ya ha recuperado más de un 20%. Asimismo, los expertos esperan que todavía gane un 15,3%.
"La compañía saldrá adelante y seguirá siendo uno de los principales fabricantes a nivel mundial gracias al ejercicio de transparencia que están haciendo desde que saltó a la luz el escándalo. A día de hoy sigue siendo el segundo mayor fabricante de coches del mundo, por detrás de Toyota. Será clave su diversificación tanto a nivel geográfico como en su base de clientes. Para este 2016 seguirá creciendo debido a la inercia positiva de la economía europea, que supone dos tercios de su cifra de negocio", resume Victoria Torre, del Self Bank.
Aunque algunos aspectos de la firma han mejorado, hay otros que aún están en peligro. Es el caso del dividendo. Volkswagen anunció que mantendría su política de retribución a pesar del escándalo de las emisiones, pero las demandas de los inversores pidiendo indemnizaciones ha generado diferencias entre el accionariado y los directivos.
A la espera de lo que decida finalmente el grupo germano, el mercado ha aplicado un suculento recorte en las estimaciones de dividendo. De este modo, el consenso de mercado que recoge Bloomberg cree que el próximo pago será de 1,94 euros, lo que supone una caída de casi el 60% con respecto a la cuantía entregada el año pasado.