Bolsa, mercados y cotizaciones

Que el euro levante el vuelo depende de la Reserva Federal de EEUU

El uso de la lógica ha dejado de funcionar a la hora de explicar cómo se mueve el euro. Hace aproximadamente un año, la divisa comunitaria cotizaba en su nivel más bajo de los últimos doce años al intercambiarse a 1,05 dólares.

Entonces, el inicio de las compras de deuda anunciadas por el presidente del BCE, Mario Draghi, unos meses antes invitaba a pensar que el destino de la divisa comunitaria no podía ser otro que el de la paridad.

Era cuestión de tiempo, decían muchos, pero ¿de cuánto? Porque en lugar de depreciarse, el euro subió y subió hasta agosto, para empezar a debilitarse hasta los 1,071 dólares que tocó a principios de este año. Ya estaba hecho, pensaron otros.

Pero no, porque el euro acumula un rebote superior al 3% desde enero a pesar de que el BCE ha vuelto a anunciar, entre otras cosas, nuevas compras, que incluyen además a la deuda corporativa, mientras algunas firmas como HSBC visualizan ya a la divisa comunitaria en 1,2 dólares a final de año. Que lo consiga depende en gran medida de la Fed.

Sin que el mercado lo esperase, Mario Draghi volvió a sorprender en su reunión de este mes al revelar que no solo adquirirá bonos corporativos -una opción que ni siquiera figuraba en las quinielas de los analistas más atrevidos- también lo hizo al estrechar aún más los tipos de interés, del 0,25% hasta el 0%.

¡Dinero gratis!

¡Dinero gratis que no solo no tumbó al euro, sino que lo apreció! ¿Cómo es posible? Básicamente, la lectura que hizo entonces el mercado y que sigue vigente hoy en día es que Draghi se ha quedado sin una de sus principales armas, la de los tipos, porque las probabilidades de ver algún día el precio oficial del dinero en negativo en Europa son ínfimas. Lo que significa que, en caso de que deba introducir más estímulos en un futuro, no tendrá más remedio que optar por los no convencionales.

"Siendo poco probables más recortes de tipos -negativos- en la Eurozona, los tipos se mantendrán en sus niveles bajos durante un largo periodo de tiempo. Me atrevería decir que hasta 2021, que es cuando vence el último y nuevo TLTRO de segunda generación", explica Álex Fusté, economista jefe de Andbank.

"Si esto es verdad -y así lo parece-, significa que el BCE, tras la aceptación -y posterior resignación- de haber alcanzado un límite, estaría cambiando la orientación táctica de debilitar el euro. Esto implica que el euro estará enteramente dirigido por la política monetaria que se ejecute desde la Fed. Es decir, ya no será que el euro el que suba o baje. Será el dólar el que baje o suba", añade.

La Fed, un aliado inesperado

Hasta ahora, la perspectiva alimentada por la propia Reserva Federal de que ésta iba a continuar con la normalización de los tipos de interés iniciada en diciembre ha sido el principal motor del billete verde en los últimos meses. Sus miembros dejaron entrever en diciembre hasta cuatro subidas este año para recular en el último encuentro, hasta un máximo de dos, después de rebajar las expectativas de crecimiento y de inflación.

"La mayoría de miembros espera que los tipos acaben el año en el rango 0,75 a 1% -dos subidas-, mientras que los futuros de fondos federales siguen esperando que haya sólo una en lo que queda de ejercicio", apunta Miguel Ángel Paz, director de gestión de Unicorp.

Y a tenor de lo que ha sucedido en el pasado, "está claro que los futuros de fondos federales tienen más capacidad de predicción que los miembros de la Fed", añade. El mercado sigue poniendo en precio que solo efectuará una subida de tipos y lo hará en torno al mes de septiembre.

El mensaje más dovish -conciliador- lanzado por la institución que capitanea Janet Yellen desinfló rápidamente al dólar en el mercado mientras el euro aprovechó para trepar hasta los 1,13 dólares. "Se cumple lo que muchos consideran: los mercados necesitan un dólar más débil", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España.

Buenas noticias para los emergentes

Un billete verde más débil es sinónimo de buenas noticias para los emergentes, con grandes cantidades de deuda denominada en esta divisa y para las materias primas. "A muy corto plazo podríamos ver un euro algo más fuerte. Con todo, aún estamos lejos de considerar que no haya nuevos intentos de consolidar su suelo en niveles de 1,08/1,09 dólares. Veremos", considera José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España.

El consenso de mercado recogido por Bloomberg sitúa el precio justo de la moneda común en los 1,08 dólares los próximos tres trimestres, manteniéndose también en ese nivel en los primeros meses del año que viene. Lo que significa que los expertos creen que el cruce debería caer un 3,7% desde los precios actuales, y que ya no se espera la paridad.

"Creo que el alza del euro es puntual, y no tendría sentido que el euro-dólar saliese del rango en el que lleva más de un año entre 1,05 y 1,5 dólares por euro. Con las nuevas medidas del BCE sobre la mesa, por mucho que la Fed retrase la subida de tipos, será complicado que el euro cotice por encima de 1,15 dólares por euro", estima Miguel Ángel Paz, de Unicorp.

Oleada de revisiones al alza

Sin embargo, desde que se celebrase la reunión de la Fed, el pasado 16 de marzo, hasta once casas de análisis han revisado sus pronósticos para el cruce euro/dólar y lo sitúan mucho más alto de lo que lo hace el consenso.

Entre las firmas que más alas dan a la divisa común se encuentran HSBC y Credit Suisse. La primera sitúa el cambio del euro en 1,16 dólares en el segundo trimestre de este año y espera que lo termine en 1,2 dólares; mientras que la segunda espera que se aprecie hasta los 1,17 dólares este trimestre para desinflarse de nuevo hasta los 1,11 dólares en el cuarto trimestre. Otra firma, como Dom Maklerski, visualiza al cruce en los 1,18 dólares en el cuarto trimestre.

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