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Los fondos de gestión pasiva ya captan el doble de dinero que los de gestión activa

  • En los últimos doce meses ha captado en el mundo 552.479 millones de dólares

El hecho de que Warren Buffett dijera en una de las Juntas de accionistas de Berkshire Hathaway que ha recomendado a su mujer que cuando él muera invierta el 90% de su dinero en un fondo que replique el comportamiento del S&P500 no es la mejor noticia para la gestión activa. Al fin y al cabo Buffett es uno de los grandes inversores value del mundo y en el que se fijan muchos gestores de productos activos, aquellos que no siguen a un índice a la hora de componer sus carteras.

Pero el hacer de este tipo de gestores parece que no solo no convence al oráculo de Omaha sino tampoco a los inversores comunes. Según los últimos datos de Morningstar, en el último año ha entrado más dinero en fondos de gestión pasiva (productos indexados y ETF) que en productos de gestión activa. En concreto, los primeros han captado casi el doble que los segundos: 552.479 millones de dólares frente a 271.234 millones, o lo que es lo mismo el 67% de todas las suscripciones netas. Con estos datos no es de extrañar, además, que dos de las tres gestoras que más entradas de dinero netas han recibido en los últimos doce meses sean pasivas.

La volatilidad influye mucho

Las lecturas que se pueden hacer de estos datos son muchas y muy variadas pero hay una que prevalece sobre las demás: cuando la volatilidad arrecia, como ahora, la gestión pasiva gana siempre más adeptos que la activa. "El new normal del mercado de tipos de interés al 0% provoca una volatilidad cada vez más creciente y en un contexto de volatilidad con falta de visibilidad los fondos de gestión pasiva tienen mucho sentido ya que ofrecen la posibilidad de salir o entrar con rapidez, al contrario de lo que sucede en los fondos de inversión que requieren de un traspasos y están sujetos a horas de corte", apunta José María Luna, director de análisis de Profim.

Además de la volatilidad, Juan Ramón Caridad, director del master de finanzas FIA de BME, también subraya la idoneidad que tienen los fondos de gestión pasiva en un contexto de gran correlación en el mercado, en el que cuando cae una bolsa ceden todas y viceversa. "La gestión pasiva tiene sentido cuando no hay dispersión en el mercado y todo cae pero cuando no todo se hunde a la misma velocidad es cuando tiene sentido la gestión activa", apunta.

Los costes también puede ser un factor que haya influido en los inversores a la hora de elegir entre un fondo de gestión pasiva y uno de gestión activa, y es que mientras que las comisiones medias de los ETF y productos pasivos rara vez superan el 0,40%, las de los fondos de gestión activa casi nunca bajan del 1 %. Y ese gasto impacta directamente en las rentabilidades de los productos. "No se trata solo del tema de las comisiones, sino también de la liquidez que ofrece el producto. Además, hay mucho inversor que no tiene tiempo de analizar el producto que sea más idóneo y se queda solo en la selección del activo o el mercado donde estar", afirma José María Luna.

¿Es más o menos rentable?

La fuerte correlación de los mercados de renta variable de los últimos años no ha jugado a favor de la gestión activa a largo plazo. De hecho, según se desprende de un informe de SPIVA, con datos a junio de 2015, el 96,84% de los fondos de gestión activa de bolsa americana y el 82% de fondos de bolsa europea también de gestión activa lo han hecho peor que su índice en la última década. Cifras que hacen plantearse la idoneidad de la gestión activa como fuente prioritaria de las carteras.

Esta es una idea que defienden los gestores automatizados de carteras, llamados robo advisor, que no suelen incluir a los fondos de gestión activa ya que, como explica Unai Ansejo, CEO de Indexa Capital, "la gestión activa a largo plazo rara vez ofrece valor añadido, lo importante es la asignación estratégica de activos y el rebalanceo de los mismos en la cartera".  Otros como Luna defienden que "la gestión activa y pasiva son compatibles y deberían construir una cartera eficiente". Carlos Fernández, profesor del IEB, cree clave diferenciar entre mercados donde tiene sentido uno y otro tipo de gestión. "El problema es que hay mercados que tienen mucha competencia en los que demasiada gente está mirando las empresas como la bolsa europea o la norteamericana y en esos mercados tan eficientes es muy difícil hacerlo mejor que el otro, teniendo en cuenta que hay que hacerlo con los  límites en el modo de gestionar que tienen  los fondos y con las comisiones que cobran  pero en mercados no tan seguidos como los emergentes o renta fija o retorno absoluto sí es más fácil lograr alpha", apunta.

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