Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado teme que China no se quite del todo la 'máscara'

El cambio de modelo económico del gigante asiático empieza a ser una realidad y su impacto se ha dejado notar, sobre todo, en las materias primas. Las bolsas de todo el mundo han sufrido, además, las consecuencias de la depreciación del yuan y el miedo ahora es hacia lo desconocido.

China se ha quitado, por momentos, su máscara. El Gobierno ha adoptado una clara postura para un cambio estructural hacia una economía en la que el consumo gane peso -ya ha logrado que supere el 50 por ciento del PIB- y, al mismo tiempo, ha querido mostrar su poder con la divisa para gestionar la transformación que está teniendo su mercado, abriéndose cada vez más hacia el exterior. Este proceso complejo de maduración explica, en parte, que la segunda mayor economía del mundo deje atrás los altos crecimientos a los que tenía acostumbrados a los mercados y haya desatado una fuerte salida de capitales. Aunque era un camino relativamente esperado, muchos de los últimos movimientos de China han hecho temblar a las bolsas de todo el mundo desde el pasado verano. Y la gran pregunta es: ¿el gigante asiático volverá a alejar a los inversores de las bolsas europeas durante los próximos meses?

"Espero que no, pero habrá que ver si realmente hay novedades y de qué calibre. Los inversores temen, en el caso de China, lo que no conocen", responde José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. El impacto de lo que ocurra en un país con más de 1.300 millones de habitantes para el resto del planeta es ineludible. También para Europa, donde golpea al corazón económico. Para Alemania, China es el tercer socio comercial. "No sé cómo los economistas no hemos anticipado lo que está ocurriendo, las consecuencias que tiene, sobre todo para las materias primas, que un país tan grande como China cambie su modelo basado en la producción", admite un experto que prefiere no ser citado y que sí espera más de un sobresalto en 2016.

Pero lo que más atemoriza a los inversores ahora no es tanto que el país asiático pueda propagar una recesión, sino que no se quite del todo la máscara y actúe por sorpresa. "China se encuentra dentro de un delicado proceso de liberalización de su sistema financiero", señala Matthew Sutherland, director de producto en Asia Pacífico de Fidelity, y mi opinión es que lo están haciendo bien, aunque la comunicación no siempre ha sido tan clara como al mercado le gustaría", añade. "El camino desde aquí hasta el objetivo último no siempre será tranquilo, pero la dirección está razonablemente clara", cree Sutherland.

La duda permanente en los mercados es si ya está todo descontado o no. La bolsa china ha perdido cerca de un 28 por ciento desde agosto y en otros mercados como el europeo, el EuroStoxx 50 se deja casi un 13 por ciento desde entonces. Lo único que parece claro es que, como reflexiona David Lafferty, estratega jefe de mercados de Natixis Global AM en un informe, "esta transición es probable que tome años (¿décadas?), pero es un cambio necesario y positivo que debe ocurrir a medida que crece China. Como una fuente de volatilidad, la desaceleración de China estará con nosotros por un tiempo".

Cómo afectará el yuan

Las bolsas han respondido con crudeza a las sucesivas devaluaciones del yuan. La primera rebaja en agosto costó fuertes pérdidas a la plazas europeas y las siguientes también han tenido importantes repercusiones ante el temor del regreso de una guerra de divisas y de más presión deflacionista. "El mercado [chino] aún no se ha estabilizado precisamente debido al yuan, ya que los inversores siguen esperando que haya una fuerte depreciación y un siguiente movimiento por parte del banco central. Hasta entonces, la gente no pondrá nada de dinero nuevo en este mercado", señala Haiyan Li-Labbé, analista de renta variable de China de Carmignac, en una entrevista que se publicará este sábado en la revista Inversión a Fondo de elEconomista. "No creo que China realice recortes drásticos de tipos este año, ya que estas acciones presionarían al yuan", añade.

El renminbi retrocede un 5,75 por ciento frente al dólar desde agosto y uno de los grandes problemas es la salida de capitales. "Es una pescadilla que se muerde la cola: la gente cree que la divisa va a caer, por lo que venden yuanes y, mira por dónde, la divisa cae. El mismo círculo vicioso se vivió durante los años de fortaleza del yuan entre 2010 y 2013?, explica Matthew Sutherland, de Fidelity.

El experto cree que una forma de salir de ese círculo sería una fuerte devaluación puntual del 10 por ciento, por ejemplo, porque eso "haría pensar a la gente que han perdido el tren y desalentaría nuevas salidas de capitales". Pero esta estrategia, reconoce, es "radical" e "improbable2, por lo que su previsión es que el Gobierno siga "saliendo del paso", intentando controlar la velocidad del descenso. Recursos no le faltan para intervenir en cualquier mercado, incluida la bolsa, ya que el Banco de China dispone aún de reservas de 3,3 billones de dólares, después de las inyecciones de liquidez al sistema.

Pero hay algunos expertos que confían en que las caídas en los mercados del gigante asiático puedan quedar aisladas tarde o temprano. "El desenlace final es que China acabará siendo el principal accionista de su propia bolsa. Una vez que eso suceda, algo que está muy próximo, ese problema quedará aislado, de manera que el impacto no justifica lo que está pasando", opinaba Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter, en una entrevista a elEconomista. "El mercado chino no es de ninguna manera una buena guía para saber cómo se comportarán las bolsas europeas o estadounidenses; es una criatura independiente, que realmente tiene una vida propia", sentencia Lukas Daalder, CIO de Robeco Investment Solutions.

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