
Algo se cuece en el seno del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés). Durante las últimas semanas, las declaraciones de algunos de sus altos funcionarios se han distanciado del mensaje marcado por la presidenta del banco central estadounidense, Janet Yellen. Una brecha que la prensa financiera a este lado del Atlántico ha llegado a tachar de "rebelión" o "motín" en un momento en que el 95,4% del mercado espera que la Fed no mueva ficha al cierre de su reunión de dos días que culmina hoy.
Entre los rebeldes que parecen dispuestos a presionar a Yellen para que no olvide su plumaje de paloma se encuentran dos estandartes del Consejo de Gobierno de la Fed, Daniel Tarullo y Lael Brainard. Ambos, con poder de voto en el seno del FOMC, se han mostrado en contra de una subida de tipos de interés antes de que acabe el año. "No considero apropiado que se suban los tipos de interés", reiteraba Tarullo en una entrevista con la CNBC. Un mensaje que Brainard también dejó claro en su discurso en la 57 Reunión Anual de la Asociación Nacional de Economía de Negocio.
"Nuestra economía ha realizado progresos, pero las fuerzas globales están pesando en las exportaciones y la inflación", indicó al mismo tiempo que mencionó la baja inflación salarial para justificar así su espera antes de emprender la primera subida de tipos de interés desde 2006. Declaraciones que reflejan cómo ambos, hasta ahora apoyos de Yellen, han comenzado a posicionarse en su contra.
El 24 de septiembre, después de la última reunión del FOMC, la mandamás de la Fed indicó que la normalización monetaria llegaría "en algún momento a final de año".
Aún así, las palabras de Tarullo y Brainard no sólo ponen una presión añadida sobre Yellen y el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, sino que azuzan aún más la confusión y las expectativas del mercado. Según el FedWatch, el indicador de la CME que sigue a diario las previsiones sobre las expectativas de un cambio de política monetaria, sólo un 4,6 por ciento de los operadores considera que habrá una subida de tipos esta reunión.
Qué dicen las quinielas
Las expectativas para la reunión del 16 de diciembre siguen siendo reducidas: sólo un 29,2% del mercado espera una subida de tipos. De hecho, no es hasta tres meses más tarde cuando se observa una clara mayoría inclinándose hacia una normalización de la política monetaria. "La misma semana en que Brainard y Tarullo hicieron sus declaraciones, 8 de los 12 bancos regionales que componen la Fed apoyaron una subida de tipos antes de la reunión de septiembre, un número inusualmente alto para que la petición no fuera validada por el FOMC", señala Michael Feroli, economista de JPMorgan.
Aunque la reunión que culmina hoy se perfila como una mera transición, el jueves conoceremos la primera lectura del PIB del tercer trimestre, donde quedarán reflejados los vaivenes sufridos por la economía mundial. La Reserva Federal de Atlanta rebajó ayer sus previsiones en una décima y según su indicador, el GDP Now, la economía estadounidense se expandió un 0,8% entre julio y septiembre.
De no haber subida de tipos en diciembre, el frente formado por Tarullo y Brainard no conseguirá sobrevivir el pelaje de halcón que se cierne sobre el FOMC de cara al año que viene, cuando se produzca la rotación en el comité que dicta la política monetaria en EEUU. James Bullard, de la Fed de St. Louis, Loretta Mester, de la Fed de Cleveland, y Esther L. George, de la Fed de Kansas City, se encargarán de maniobrar un incremento en los tipos de los fondos federales tan pronto como la reunión que culmina el próximo 28 de enero.