
Desde que el Ibex 35 marcó sus máximos del año durante el mes de abril ya se ha dejado más de 2.300 puntos. Desde entonces, ha atravesado la incertidumbre de la crisis griega, y, sobre todo, el crash chino, que ha castigado a los emergentes y ha acentuado las dudas sobre una ralentización de la economía mundial. Ahora, todas las miradas apuntan a Cataluña, pero los expertos coinciden en señalar que el efecto de la incertidumbre política ya está descontado en los mercados. En este sentido, Jaime Díez, analista de XTB, asegura que "el mercado no está prestando excesiva atención a la situación de Cataluña".
Y es que el mismo viernes, el último día que el mercado estaba abierto antes de que se celebrasen las elecciones, el Ibex 35 reaccionó con una subida del 2,5% a las palabras de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, que anticipaban un alza de tipos antes de que acabe el año. Después de unas semanas complicadas, la del viernes fue la mayor escalada del índice desde finales de agosto. De este modo, y a pesar de la victoria de los secesionistas, los expertos creen que el mercado español seguirá reaccionando al son de la economía mundial y señalan las elecciones generales como el momento en el que un Parlamento difícil de gobernar podría dañar los mercados.
"Creo que el peor de los escenarios ya estaba prácticamente descontado", explica Luis Lorenzo, de Dif Broker. "La máxima incertidumbre política llega de las elecciones generales, donde la fragmentación del voto nacional puede hacer complicado formar un gobierno estable", explica Lorenzo. En esta misma línea, Gonzalo Recarte, gestor de carteras de Self Bank, agrega que "importan más las generales". Asimismo, Díez asegura que "incluso con una mayoría independentista, una hipotética declaración de independencia no se realizaría hasta agotar las vías diplomáticas".
Por su parte, Ricard Torrella, de Gesinter, recuerda que "todas las encuestas daban ganadoras a las listas pro-independencia", por lo que el resultado final de las elecciones no ha sido una sorpresa, aunque advierte de que "lo que está garantizado es la volatilidad". En este mismo sentido, Victoria Torre, analista de Self Bank, señala que, más allá de las implicaciones que puede tener el desenlace de los comicios, "el problema es que saltarán las alarmas y se generará ruido en el mercado". "Posiblemente, en un primer momento habrá un sentimiento de confusión y pesimismo, que podría ir moderándose según el mercado vaya digiriendo la noticia", asevera Torre.
Caídas en el corto plazo
A pesar de que los expertos consideran que lo que manda son las decisiones de la Fed y la situación internacional, sí que esperan que con la victoria secesionista se produzcan descensos en el corto plazo. Javier Niederleytner, profesor del IEB, explica que "el mercado huye de las incertidumbres, y, sin duda, una victoria por mayoría absoluta de los independentistas genera mucha incertidumbre". Así, espera que los descensos en el selectivo español en los próximos días superen el 2,5%. Mientras, Recarte cree que en caso de que se produzcan caídas en las bolsas mundiales la de España sería de entre el 1 y el 2% y si hay subidas serán "entre un 1 y un 2% inferiores".
"Podríamos ver una tenue bajada ante el temor de algún grupo de inversores, pero no esperamos movimientos bruscos los próximos días", completa, por su parte, Díez.
En este sentido, desde XTB indican que una posible independencia, incluso sin el beneplácito del Estado español, "requeriría de una serie de preparativos internos que se demorarían meses, por lo que la respuesta de los mercados no será inmediata". Asimismo, Alberto Gallo, analista de Royal Bank of Scotland, declaraba el pasado jueves a Bloomberg que "las discusiones serán sobre una negociación financiera, no una revolución". Por su parte, Xavier Cebrián, de GCV Gaesco Gestión, aseguró a la agencia que "la presión sería mucho mayor si los inversores pensasen que hay un riesgo real de secesión".
La prima de riesgo
El mercado de deuda también podría verse afectado por el resultado de las elecciones. Durante septiembre, el diferencial entre el bono español y el italiano ha alcanzado máximos de hace dos años ayudado por la incertidumbre política. Además, la rentabilidad de la deuda española a 10 años ha vuelto a superar el 2%.
En este contexto, desde UBS recordaban el viernes que un resultado como este "haría escalar indudablemente la tensión entre el Gobierno central y el nuevo Gobierno catalán". "Esto unido a la amenaza de transferencias fiscales no pagadas por Cataluña al resto de España (en un futuro) podría provocar un ensanchamiento significativo de los diferenciales", indican.