
ABENGOA CL.B
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La macroampliación in extremis que afronta Abengoa anunciada hace más de un mes y que a día de hoy sigue aún sin cerrar- vuelve a ponerse muy cuesta arriba después de que HSBC retirase su compromiso de poner 120 de los 650 millones de la ampliación -en su papel de banco coordinador-, según publicaba El Confidencial.
El banco británico, que había acordado asegurar la emisión junto con Banco Santander y Crédit Agricole, ha exigido más condiciones a la familia Benjumea, principal accionista con un 57,7% del capital, para participar en la operación de rescate. La reacción en el mercado fue dramática ante el alto riesgo de impago al que se precipita la compañía.
En el parqué, la acción se desplomó un 8,22%, situándose a un 14% de los mínimos históricos registrados el 20 de agosto. En la jornada de hoy, el escenario no es mucho mejor. Los títulos de la compañía vuelven a las pérdidas con descensos que superan el 7%.
Así, la capitalización se eleva a los 821 millones de euros. Hace un año, la cotización bursátil de Abengoa ascendía a 3.959 millones de euros. En el mercado de deuda corporativa la tensión es máxima. El bono a seis años de Abengoa con vencimiento a 2016 ha disparado su rentabilidad al 285,82%, mientras que el precio -que evoluciona en sentido inverso- pasó de 61,44 puntos al que cerraba el pasado viernes, a cotizar a 41,50 este lunes, alcanzando mínimos históricos.
En el caso del bono que expira en 2020, ofrece un rendimiento del 43,19%. Como botón de muestra, los CDS, Credit Default Swaps (seguros de crédito contra el impago) de Abengoa muestran un 93% de probabilidad de impago, según datos de Bloomberg.
"La ausencia de HSBC como asegurador complica el éxito de la ampliación y obligará a rebajar aún más el precio de emisión, perjudicando al accionista actual pero asegurando la inyección de fondos", explican desde Banco Sabadell. El gran problema es que la banca exige un mayor esfuerzo y desinversiones a la familia Benjumea -tras diseñar una operación para cubrir hasta el 10% de la ampliación-. A los precios actuales, su participación se diluiría al 30% del capital, por lo que perderían el control de la compañía.