Bolsa, mercados y cotizaciones

Una bomba de relojería de 3 billones de dólares podría dejar seco al mercado de bonos

Ya lo advertía el pasado abril el Fondo Monetario Internacional. Agárrense porque llegan curvas en forma de shocks de liquidez. Un mensaje que sigue inundando el mercado y que para el estratega de Citigroup, Stephen Antczack, podría acabar haciéndose realidad. Según explicaba a la agencia Bloomberg, el tamaño del mercado de bonos corporativos en EEUU ha crecido en 3,7 billones de dólares en la última década pero sus tenedores se limitan a tres tipos de inversores: fondos de inversión, inversores internacionales y compañías de seguros.

Un hecho peligroso y que supone una bomba de relojería, en un momento en que la Reserva Federal se prepara para su primera subida de tipos desde 2006. Según señalan los datos de Bloomberg, estas tres categorías de inversores tienen en sus manos 3 billones de dólares en deuda corporativa, casi dos tercios del mercado total. "Todo el dinero está en el mismo lugar, y cuando ocurra un escenario adverso afecte a uno de estos grupos de inversores también impactará al resto, y nadie podra contrarrestar la situación", advirtió Antczack.

De acuerdo a los datos de Citi, los fondos de inversión son los que más posiciones han tomado en el mercado, duplicando su cuota hasta el 22% en sólo 10 años. Recordemos que esta clase de fondos está obligada a vender en el momento en que sus clientes comiencen a exigir su dinero. Fuera de las fronteras de EEUU, los inversores internacionales possen otro cuarto del mercado. Desde Wells Fargo se han hecho sonar las alarmas, al afirmar que si el dólar se debilita al mismo tiempo que sube la rentabilida de estos bonos, los inversores extranjeros podrían deshacer posiciones de inmediato.

Tanto Janet Yellen, la presidenta de la Fed, como Jamie Dimon, el capitán de J.P. Morgan o los propios funcionarios del FMI han dejado claro que si la liquidez se evapora en el mercado de bonos, la situación podría desencadenar una venta masiva y dificultar aún más la normalización monetaria en EEUU. La semana pasada, Christine Lagarde, la mandamás del Fondo, pidió a la Fed que retrase su subida de tipos hasta la primera mital de 2016.

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