
La gestora de bonos Pimco, que recientemente fichaba como consultor al ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aseguraba en un informe que la escalada del dólar, especialmente acusada en el primer trimestre de 2015, se ha tomado un respiro pero no ha llegado a su fin. "Aunque los mercados de divisas experimentarán volatilidad, creemos que el dólar mantendrá su tendencia alcista durante los próximos años", indica Scott A. Mather, director de inversiones de Pimco.
En su informe, publicado esta semana en el semanario Barron´s y distribuido posteriormente por la gestora, este experto ofrece tres razones por las que el billete verde seguirá encareciéndose frente a otras divisas internacionales. La primera llega de mano de la divergencia que existe entre las políticas monetarias de los bancos centrales de los distintos países del mundo. En este sentido Mather cree que EEUU seguirá liderando el crecimiento de las economías avanzadas mientras Japón y la zona del euro se quedarán cortas a la hora de lograr una expansión "autosostenible".
Desde el punto de vista de política monetaria, la Fed ha dejado claro que la subida de tipos está por llegar. Pese a que esta subida no llegará en junio, especialmente tras el decepcionante dato del PIB del primer trimestre así como el dato de empleo del mes de marzo, el encarecimiento del dinero podría ocurrir bien en septiempre o diciembre de este año. Dicho esto, otros 27 bancos centrales a lo largo del mundo siguen dando rienda suelta a una política monetaria acomodaticia. Al mismo tiempo, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo mantienen su impresión de dinero y compra de bonos y activos.
Por otro lado, la segunda razón está en las referencias dejadas por otros ciclos pasados de fortalecimiento de la divisa estadounidense. Aunque la subida del dólar haya sido importante durante los últimos meses, todavía tiene espacio para seguir subiendo mientras esta tendencia suele durar varios años si echamos la vista atrás. Entre 1980 y 1985, el billete verde se revalorizó un 60 por ciento mientras entre 1995 y 2002 el ascenso fue del 40 por ciento.
La tercera razón está en las reservas internacionales de los bancos centrales. La mayor parte de países ha decido retener dólares y deshacerse de sus euros y yenes en lo que a divisas extranjeras se refiere. "Los movimientos del BCE han hecho que el euro sea mucho menos atractivo que el dólar como moneda de reserva", justifica Mather.