
Cuando en octubre de 1929 Joe Kennedy decidió vender sus acciones, no podía imaginarse lo que iba a suceder unos días después. Kennedy se salvó del crash bursátil porque su limpiabotas daba consejos bursátiles, algo que para él fue un indicativo de que era hora de salir del mercado. 86 años después, en China se da una situación que el empresario e inversor posiblemente hubiera interpretado de una forma similar. Con la Bolsa de Shanghái en máximos de 2008, la mayoría de los nuevos inversores tiene un nivel de estudios básico.
En ambos casos, se da una circunstancia común: atraídos por las recientes subidas, a la renta variable están accediendo inversores sin conocimientos financieros y con recursos limitados para hacer frente a imprevistos. Durante el crash bursátil, Joseph Patrick Kennedy consideró que el hecho de que "un chico que limpia botas" ofreciera consejos bursátiles solo podía significar que el mercado estaba "fuera de control".
Tras dos semanas de subidas consecutivas, el índice general de la Bolsa de Shanghái, el parqué de referencia del país asiático, cerró la sesión de ayer con ganancias de un 1,67% y marcó máximos de siete años, al superar por primera vez desde 2008 la barrera de los 3.800 puntos. Desde que el primer ministro, Li Keqiang, anunció su intención de emplear sus "muchas" herramientas para incentivar la economía, el mercado chino, que ya viene de registrar una larga tendencia alcista en los últimos meses del pasado año, se ha disparado. Y este rally sostenido en el tiempo está atrayendo a mucha gente de a pie con escasa formación y nula educación financiera, según el estudio sobre los hogares chinos que recoge Bloomberg Intelligence Economics.
Movido por impulsos
De acuerdo con el estudio, elaborado a cierre de 2014 por el profesor Li Gan, de la universidad china Southwestern University of Finance and Economics, la mayoría de los nuevos inversores en la renta variable de China no tienen estudios secundarios y cuentan, además, con un nivel de posesión de activos relativamente bajo. En concreto, más de dos tercios de los nuevos inversores abandonaron el sistema educativo antes de finalizar la escuela secundaria, lo que significa que dejaron la formación reglada con unos 15 años. Y más del 30% eran incluso menores de 12 años cuando salieron de la escuela.
Las cifras "no son tranquilizadoras", detalla el artículo de Bloomberg, que explica que existen evidencias sólidas de que el 78% de la revalorización registrada en el último año por el mercado bursátil chinos se ha movido por impulsos, más que por fundamentales. El volumen y la contratación siguen repuntando, mientras que tanto las previsiones de crecimiento de la economía del país y del beneficio de las empresas se han reducido.
Que el rally esté siendo mantenido en su mayor parte por pequeños inversores sin experiencia no tiene porque significar que pueda ser sostenible. Por tradición, la población china es ahorradora y, pesar de los bajos salarios, la tasa de ahorro de los hogares chinos es de las más altas del mundo. Sin embargo, expone Bloomberg, sí que puede suponer que la tendencia de la bolsa del país asiático sea "impredecible" y demasiado dependiente del sentimiento de los inversores. Una llamada a la cautela con reminiscencias del crash que sacudió la bolsa estadounidense el siglo pasado.