Esta semana ha fallecido una de las leyendas vivas de Wall Street y uno de los máximos exponentes de la vieja escuela. Irving Kahn, discípulo del Benjamin Graham, murió este pasado martes 24 de febrero a los 109 años de edad tras más de 80 años sobre el parqué: no solo vivió el crash de 1929, sino que se anticipó a él y consiguió ganar dinero en el momento más negro de la bolsa.
Kahn fue uno de los co-fundadores de Kahn Brothers, pequeña firma de inversión familiar con unos 1.000 millones de dólares en activos gestionados, y hasta el año pasado seguía yendo a la oficina tres días a la semana para trabajar y compartir sus ideas de inversión con su hijo Thomas, presidente de la empresa y su nieto Andrew, vicepresidente.
Su estilo de inversión estaba basado en las ideas de Benjamin Graham, el mítico profesor de Columbia que también sirvió de inspiración a Warren Buffett, probablemente el inversor más famoso del mundo. Los tres compartían interés en la búsqueda de valor en las empresas, en compañías con buenas perspectivas y resultados que estaban infravaloradas en bolsa.
Kahn no fue solo discípulo de Graham, sino que le ayudó en la investigación para su obra seminal, Security Analysis, cuya primera edición data de 1934. Es más, en la segunda edición de la obra, publicada en 1940, Graham y David Dodd, coautor del libro, acreditaron el trabajo de Kahn.
Mucho ruido en el mercado
A pesar de que la influencia de Graham y sus discípulos sigue presente hoy en día, el propio Kahn se lamentaba en 2012 en una entrevista con Bloomberg Businessweek de que cada vez más la inversión estaba llena de ruido. "He visto muchas recuperaciones. He visto un crash, su recuperación, la Segunda Guerra Mundial... Lo que es diferente ahora es la enorme cantidad de información. Tanta gente viendo la televisión financiera en los bares, en las barberías. Esta superficialidad de la información, todo esto estático en el aire".
Irving Kahn nació el 19 de diciembre de 1905 en Manhattan, hijo de un comercial de productos eléctricos. Tras dos años en la universidad, dejó los estudios para comenzar su carrera en el mundo de inversión. En 1928, cuando era un empleado raso en el bróker Kuhn, Loeb & Co., oyó hablar de Graham, decidió visitarle y poco después pasaría a ser su asistente en Columbia, entró a trabajar en su firma y también participó en la otra gran obra de Graham, El Inversor Inteligente.
Un niño tonto vería el crash de 1929
Pronto, sus enseñanzas dieron frutos. En junio de 1929, Kahn apostó en contra de Magma Copper con 300 dólares de la época, unos 4.000 dólares de hoy en día. Cuatro meses después, el 29 de octubre de 1929, el mercado colapsó y Kahn vio como su inversión se triplicaba.
Según decía años después, su movimiento no tuvo nada de inteligente. "Incluso un niño tonto podía ver que simplemente estaban apostando. Estaban todos pidiendo dinero prestado y pasándoselo bien, después ya sabes lo que pasó".
Años después, cuando Graham se retiró en 1956, Kahn ya era socio en otra firma, Abraham & Co., empresa que finalmente fue comprada por Lehman Brothers. En 1978 decidió abandonar Lehman para abrir Kahn Brothers.
Tras la crisis financiera de 2008, su octogésimo año en Wall Street, Kahn apoyó decididamente la propuesta de separar banca tradicional y banca de inversión con un razonamiento muy simple: "No te prestaría un centavo si supiera que vas a apostar en el casino". Una frase que definía bien su forma de ver el mundo de la inversión, en el que al igual que su mentor, distinguía entre los inversores como él y los "especuladores".