Bolsa, mercados y cotizaciones

Airbus, entre las empresas que crean valor con recompras de acciones en la bolsa española

  • Desde 2013, las empresas españolas amortizan más de 5.400 millones

Yo prefiero que la empresa me pague con dinero contante y sonante. Esta frase bien podría escucharse en un corrillo de pequeños inversores reunidos en una junta de accionistas de alguna cotizada española. Cuestión de preferencias o de costumbres, porque la política de retribución al accionista más instaurada en España es la del pago de un dividendo en efectivo. Sin embargo, existe un enorme abanico de opciones para retribuir a los inversores. Entre ellas, más de una decena de firmas españolas ha incorporado la recompra de acciones propias en los últimos dos años, una vía de remuneración muy popularizada en EEUU.

El proceso es sencillo. Las compañías engordan su autocartera y en la mayoría de los casos después eliminan estos títulos para que los beneficios se repartan entre un menor número de acciones. Desde 2013, las empresas de la bolsa española han eliminado acciones por valor de más de 5.400 millones de euros, según datos de BME. Prácticamente la mitad corresponde a amortizaciones de Airbus. "Todo lo que sea retirar acciones del mercado es bueno para el inversor porque supone una reducción relativa de la oferta de dichas acciones y, por tanto, tenderá a incrementar su precio", apunta Félix González, socio director de Capitalia Familiar. "No obstante, desde el punto de vista del accionista es más interesante la recompra y amortización que el hecho de que pasen a engrosar la autocartera", matiza.

La finalidad última es -o debe ser- crear valor para el accionista, aunque las cotizadas españolas se han lanzado a recomprar títulos por varios motivos. Una de las razones es el uso prologando del scrip dividend cono el que, en general, las ganancias por acción se contraen al poner más títulos en circulación. Es por ello que Ferrovial, ACS e Iberdrola intentan apaciguar este efecto comprando acciones para amortizarlas posteriormente.

Pero si de lo que se trata es de crear valor para los accionistas otras empresas como Amadeus, Mediaset o Airbus tienen programas de recompras cuya finalidad no es paliar el efecto del scrip, porque ninguna de ellas lo utiliza.

El programa más ambicioso es el que mantiene Airbus. La compañía ha eliminado títulos por valor de 2.725 millones de euros desde principios de 2013, que equivalen a un 6,8% de su capitalización. Esta política supone un plus para el accionista, adicional al 2% que ofrece su pago en metálico.

Por su parte, Amadeus complementa su dividendo en efectivo con compras de acciones en las que gastará un máximo de 320 millones de euros este año para comprar 12,5 millones de títulos, un 2,75 por ciento del capital. Ya ha adquirido casi la mitad de lo planificado, sacando del mercado 5 millones de acciones con un valor de 162 millones de euros. Su intención es mantener esta política hasta finales de mayo para comenzar a amortizar acciones a partir del mes de junio.

Mediaset aprobó en julio un programa, que continuará hasta marzo, para "devolver a los accionistas el importe que en su momento se recaudó del mercado para la compra del 22 por ciento de Digital +". Hasta la fecha, ha adquirido acciones por 10,5 millones de euros, que pretende amortizar una vez finalizadas las compras. Este año, además, retomará el dividendo en efectivo tras dos años cancelado.

Empresas más pequeñas

Pero esta práctica no es exclusiva de grandes cotizadas. Barón de Ley engordó su autocartera el año pasado hasta casi el límite legal del 10 por ciento para amortizarla al completo, destruyendo títulos por valor de 38 millones de euros. Esto es un 10,8 por ciento del valor de la firma. Y Vidrala, pese a no tener un programa como tal, también ha amortizado este año acciones por 16,7 millones de euros, aunque después de varias ampliaciones de capital liberadas. Renta 4 y Lingotes Especiales también compran títulos propios, aunque en su caso es solo para "estabilizar" la acción ya que no reducen el capital.

No es casualidad que las empresas estén optando por esta política. "En este momento es muy atractivo para la empresa, ya que con el coste de financiación tan bajo es más barato en muchas ocasiones que el pago del dividendo. Es decir, si se financia al 4 por ciento, toda rentabilidad por dividendo superior a ese nivel es más cara que comprar y amortizar acciones", explica Víctor Peiró, director de análisis de BEKA Finance.

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