Bolsa, mercados y cotizaciones

Oleada de ventas de la deuda de Isolux tras volver a aplazar su salida a bolsa

  • La escasa demanda ha desinflado la valoración de la firma
  • La huida de sus bonos eleva la rentabilidad del 7,8% al 9,6%

Otro intento frustrado... y ya van unos cuantos. La constructora Isolux Corsán ha dado marcha atrás en su deseo de salir de a bolsa por discrepancias en torno a la valoración. La empresa cree que "no reconoce el potencial total de los activos de la compañía en éste momento".

En solo 14 días, se ha marchitado la intención de la empresa de infraestructuras de sumarse a la oleada de salidas a bolsa que hay pendientes para la primera parte del año. La escasa demanda habría desembocado en unos números que no convencían a Isolux, que pretendía captar 600 millones de euros en el mercado para aliviar la carga de la deuda. Unos compromisos financieros que ascendían a 1.790 millones de euros hasta septiembre y que pretendía sanear con la oferta pública de suscripción (OPS) dirigida únicamente a inversores institucionales.

Aún así, la empresa no quiere renunciar a la frustrada idea de dar el salto al parqué, y afirma que se trata de un retraso hasta que "se den condiciones más favorables", reiterando que "continúa con su plan de salir a bolsa" y que "no requiere capital adicional en el corto plazo". Este paso atrás se produce cuando ya contaba con el DNI necesario para cotizar (el código ISIN) y con la CNMV trabajando en el folleto de la operación, que se detuvo por expreso deseo de la compañía.

La decisión de posponer su debut bursátil no sentó bien entre los inversores... de renta fija. La única emisión que tiene la compañía en mercado fue objeto de fuertes ventas en el secundario. Isolux se lanzó en la primera mitad de 2014 a emitir deuda por 850 millones de euros, con un cupón del 6,625%. Un interés que ha corrido en mercado hasta tocar su techo en diciembre en el 9,88%, y que con la intención de salir a bolsa se había relajado de golpe por debajo del 8%. Sin embargo, en la última sesión, después de abandonar la idea, la huida de inversores se saldó con una escalada de la rentabilidad de 178 puntos básicos, al pasar del 7,85% al 9,63%. Una zona cercana a los máximos que tocó en diciembre, en su máximo punto de tensión.

Dos caminos opuestos

La compañía aprovechó en 2014 que la prima de riesgo cotizaba por debajo de los 200 puntos por primera vez en tres años para financiarse en el mercado. Lo hizo pagando un interés del 6%, debido a la calificación de bono basura que le otorgaron las agencias de rating (S&P y Fitch consideran su deuda como high yield), y a la vez que otra empresa no cotizada, el fabricante para la industria de la automoción Grupo Antolin Irausa.

Lógicamente, la emisión de esta última fue más barata (al 4,75%) porque, aunque también es considerada por las agencias de rating como grado especulativo, su calificación está entre uno y dos escalones por encima de la de Isolux. Pero el apetito de los inversores desde entonces ha sido opuesto entre ambas compañías: mientras que las ventas han llevado a los bonos de Isolux a caer con fuerza en precio, los de Antolin han corrido desde el mismo día del 4,75% hasta un 3,8% fruto de las compras, es decir, rondan zona de máximos desde que fueran emitidos.

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