
Más de medio millón de aficionados. Ése sería el aforo que tendrían los diez campos de fútbol más grandes de nuestro país en conjunto. Sin embargo, esta capacidad es insuficiente si hubiese que reunir a los accionistas que ha ganado el sector bancario español desde que comenzó la crisis. Y es que el número de abonados que se han unido a las seis entidades financieras del Ibex 35 en los últimos seis años es de casi 1,69 millones de accionistas -sin tener en cuenta Bankia por la inyección pública de capital y la conversión de preferentistas en accionistas-.
En estos momentos, el conjunto de inversores que forman la afición de estas entidades se situaría en 5,49 millones. Este incremento (del 44%) puede justificarse en "una menor percepción del riesgo inversor de los valores del sector bancario español (que en parte también ha sido resaltado por las agencias de calificación de riesgos) y en la recuperación de la confianza de los inversores para invertir en estos valores", indica Javier Bernat, de Beka Finance.
Otro motivo, como señala Felipe López-Gálvez, de Self Bank, puede ser por "la proliferación de la venta de preferentes bancarias a inversores minoritarios. Muchos de los tenedores de preferentes han sido forzados durante los últimos años a canjearlas por acciones de los bancos o por bonos convertibles en acciones". Además, este analista señala que en el caso de las grandes entidades "su mayor internacionalización ha propiciado que el número de accionistas extranjeros haya aumentado considerablemente, ya que cada vez son más asociados a la idea de banco global que a la de banco español".
El Nou Camp del sector
El Banco Santander es quien cuenta con mayor número de inversores, un total de 3.229.672 -a cierre de septiembre-. Desde 2007, el accionariado de la entidad cántabra ha aumentado en casi 1 millón de inversores, alrededor de un 42% durante la crisis. Uno de los saltos más representativos en su accionariado se produce entre septiembre y diciembre de 2008, un periodo en el que pasa de 2,25 millones de accionistas a superar los 3 millones. Y es que en noviembre de ese año se produjo una ampliación de capital de 7.200 millones de euros (con una puesta en circulación de 1.598,81 nuevas acciones ordinarias con derecho de suscripción preferente). El número de inversores se ha incrementado por la compra de Alliance & Leicester y de Sovereign, que se produjo mediante canje de acciones. Desde la firma indican que este aumento "puede estar relacionado con la política estable de dividendo que ha mantenido durante la crisis, 0,6 euros por título (aunque utiliza la fórmula de scrip dividend)".
El segundo banco que más accionistas ha logrado incrementar en su aforo es CaixaBank. Su situación es diferente a la del resto, ya que empezó a cotizar en 2011. El 1 de julio de ese año la entidad catalana contaba con 365.000 inversores y a cierre de 2013 (último dato disponible facilitado por la entidad), esta cifra es de 735.465, lo que se traduce en un incremento de más de 370.465 inversores.
Uno de los grandes impulsos que ha tenido su base de accionistas fue en agosto de 2012, debido a la integración de Banca Cívica, con la que su número de inversores alcanzó los 480.000. Pero fue en enero de 2013 cuando su afición llegó a los 750.000 accionistas, al llevarse a cabo una conversión de obligaciones subordinadas.
Más de 151.000 accionistas han sumado los bancos Sabadell y Popular en este periodo. En el caso del segundo, dos de los aspectos fundamentales que avalan este incremento son la opa realizada sobre Banco Pastor y la ampliación de capital de 2.500 millones de euros que se hizo en 2012.
Por su parte, BBVA aunque es la segunda entidad con más accionistas, es la que menos ha incrementado su accionariado en los últimos siete años, 58.167 inversores.
El único estadio que pierde público es Bankinter, que desde 2007 se ha dejado por el camino 14.530 accionistas. Se trata de un grupo de los "muy minoritarios", así lo indican desde el banco. Están relacionados con una antigua campaña comercial realizada por Bankinter en la que se entregaba una acción a los que se hicieran clientes online, con la intención de fomentar los canales digitales. "
Se trata de clientes que no tenían una vocación accionarial ni inversora y que, al cabo de los años, muchos de ellos han ido desprendiéndose de sus acciones".