
El fantasma de la deflación toma cuerpo en Europa. Un 53% de los gestores europeos de renta fija cree que hay un elevado riesgo de que este escenario pueda materializarse en los próximos meses, según refleja la última encuesta elaborada por Fitch. Este dato marca un máximo histórico desde que la agencia de calificación empezara a realizar este sondeo trimestral en 2007.
El deterioro de la economía y la caída del petróleo no pasarán en balde para la evolución de los precios en Europa. La persistente debilidad del Índice de Precios de Consumo (IPC), el continuo deterioro de elementos tan importantes como el crudo y la debilidad de la demanda han acabado por convencer a muchos gestores de fondos de que Europa no es inmune a la deflación. En septiembre, el indicador de la inflación de la eurozona se frenó hasta el 0,8%, el menor dato desde 2009, cuando la eurozona salió de la anterior deflación.
En España la situación es más delicada, ya que el IPC acumula tres meses consecutivos en tasas de crecimiento negativas. En septiembre los precios cayeron un 0,1% interanual. No solo eso: el IPC subyacente, que no incluye los productos más volátiles (alimentos no elaborados y productos energéticos) cayó a terreno negativo por primera vez desde abril de 2010. Que este índice se mantuviese en positivo era uno de los principales argumentos para rechazar el riesgo de deflación en España, ya que mostraba que el descenso de los precios era temporal, pero parece que puede ser algo más contundente.
Ante este escenario, el 39% los gestores verían contraproducente que los Gobiernos de los países con una inflación más débil optasen por reducir la presión fiscal, ya que "supondría un retroceso para la consolidación fiscal y la estabilidad a largo plazo". Por el contrario, un 30% creen que sería positivo ya que impulsaría el crecimiento de la economía a corto plazo.

Precaución con los 'bonos basura'
La renta fija europea ha corrido mucho en los últimos meses, principalmente por las políticas expansivas aplicadas por el Banco Central Europeo (BCE), por lo que los expertos se muestran muy preocupados por el riesgo de que mucho papel esté sobrevalorado. De hecho, los gestores sólo se muestran optimistas con los bonos de entidades financieras con grado de inversión y deuda de financiación estructurada.
El resto del espectro de activos de renta fija asustan a los gestores, pero los títulos que más miedo generan son los calificados como deuda de alta rentabilidad (high yield) o bonos basura. Un 53% de los gestores consultados por Fitch creen que el precio de estos activos está sobrevalorado. Además, un 55% cree que los emisores con una calificación crediticia de high yield tendrán un ligero deterioro en sus condiciones de financiación y un 3% creen que sufrirán un fuerte deterioro.