Como de costumbre el juego anda entre bancos centrales. Si la semana pasada el pánico se apoderaba del mercado, fue la intervención de James Bullard, presidente de la Reserva Federal de San Luis, el encargado de repartir calma. El viernes, el mandatario abogó por un retraso en el fin de su programa de compra de bonos (QE), lo que prácticamente se tradujo en compras en la renta variable, paralizando así la sangría que venían sufriendo los principales mercados.
En la sesión del martes, la pelota pasó a manos de Europa, donde el Banco Central Europeo (BCE) se convertía en el animador de los mercados ante la posibilidad de que compre bonos corporativos (de compañías) en el mercado secundario, según publicaba Reuters. Esta medida podría acordarse en la reunión de diciembre y las compras llegarían ya a principios del año que viene. Eso sí, aunque un portavoz de la institución negó que se haya tomado esta decisión, los alcistas siguieron mandando. Lo que sí confirmó el lunes el BCE fue la adquisición de cédulas hipotecarias de España y Francia (ayer compró de Italia).
"Lo acontecido desde el jueves pone en evidencia que los principales agentes directores del rumbo de las bolsas en el corto plazo, muy por encima del enfriamiento macroeconómico, de la crisis del ébola, de las protestas en Hong Kong o de la temporada de presentación de resultados empresariales, son los bancos centrales y las expectativas que se crean en torno a sus posibles pasos", explica Daniel Pingarrón, de IG.
A este respecto, el Ibex 35 escaló un 2,39%, un repunte que le llevó a superar la cota de los 10.000 puntos por cuadragésimo séptima vez en su historia. Así, el principal selectivo español cerró en los 10.152,10 puntos, un nivel que lo aleja más de un 8% de los mínimos intradía marcados el jueves pasado (llegó a caer hasta los 9.370,5 puntos). De hecho, es el segundo índice, entre los principales de Europa, que más se aleja de ese suelo registrado hace tres sesiones.
"Esta reacción alcista puede ser aprovechada para reducir exposición alcista si alguien la tiene demasiado elevada dado que el riesgo de que las caídas puedan volver a imponerse en cuanto concluya este rebote todavía es elevado. Para que se aleje este riesgo el Ibex 35 debería ser capaz de batir resistencias que presenta a la altura de los 10.200 y sobre todo los 10.400 puntos", indica Joan Cabrero, jefe de estrategia de Ecotrader. De momento, el consenso de mercado que recoge Bloomberg, estima que el Ibex puede escalar hasta los 11.086, lo que le deja un potencial del 9,2%. Un recorrido que, no obstante, es el más bajo del Viejo Continente.
En este sentido, fueron Abengoa, Sacyr y Bankinter las encargadas de liderar las subidas en la sesión, ya que repuntaron un 5,9%, un 5,7% y un 5,4%, respectivamente.
En Europa, la reacción fue la misma. El EuroStoxx 50, el Cac francés y el Ftse Mib italiano vieron como los alcistas les llevaban a avanzar más de un 2%. Por su parte, el Dax alemán ganó un 1,98% y el Ftse 100 británico hizo lo propio con un alza del 1,68%. De media, los índices europeos se han alejado de los mínimos marcados a lo largo de la sesión del jueves un 7,11%. El que más ha corrido es el selectivo transalpino con un repunte del 8,56%, mientras que es el Ftse 100 el que menos se despega de ese suelo al haber subido un 4,9%.
Estrategias que funcionan
En un entorno en el que apenas se consiguen rentabilidades positivas en el año (en Europa sólo el Ibex y el Ftse Mib lo consiguen) ganar más de un 11% es casi un acto de fe. Sin embargo, algunas estrategias de elEconomista pueden presumir de ello. Es el caso del Eco30, el índice de bolsa mundial creado por este periódico. Y es que sube desde enero alrededor de un 11,7% y encuentra una de sus mejores armas en las firmas de EEUU, las que más presencia tienen en el índice.
Draghi busca alternativas que se salen del guión
Es comprensible que con tanto 'baile' de siglas, nombres y medidas, muchos inversores no se acaben de aclarar con qué va a hacer el Banco Central Europeo (BCE). La política monetaria de la entidad se está volviendo muy complicada por dos motivos: el primero, porque las medidas convencionales no han dado resultado y, el segundo, porque las medidas heterodoxas se encuentran con la oposición de Alemania.
La entidad monetaria busca alternativas para elevar su balance sin enfadar a Berlín. La última filtración la publicó ayer 'Reuters': la entidad empezará a comprar bonos corporativos a partir de diciembre. Con esta decisión, el BCE podría contribuir a rebajar los costes de financiación de las empresas en el mercado y también a inyectar más liquidez en el sistema. Sin embargo, pocas horas después salió un miembro de la entidad a desmentir esta filtración. Sin embargo, para entonces la esperanza de que el BCE está estudiando medidas para ampliar su balance ya había calado en el mercado.
Si la entidad aprueba la compra de bonos corporativos supondría saltarse la hoja de ruta que se marcó en la reunión de octubre. El calendario pasaba por iniciar las compras de cédulas hipotecarias en la segunda mitad de octubre y de bonos de titulización ('ABS') a lo largo del cuarto trimestre. Por último, 'los hombres del dinero' llevan ya unos meses discutiendo el programa más polémico de todos, el de compra de bonos soberanos.