
Ayer fue la Reserva Federal. Hoy han sido el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) quienes han salido a la palestra para intentar calmar las turbulencias de los mercados de esta semana. El BCE ha recordado que puede tomar más medidas y que algunas de las anunciadas pronto se pondrán en marcha.
El francés Benoit Coeure, miembro del comité ejecutivo del BCE, ha asegurado esta mañana que el BCE podría comenzar a comprar ABS (una de las patas de su programa de estímulo) próximamente. "En unos días comenzará la compra de activos bajo nuestro nuevo programa con el objetivo de llegar a la economía real", declaró Coeure.
Además, Ewald Nowotny, gobernador del Banco de Austria y miembro del consejo de gobierno del BCE, ha recordado hoy que la institución tiene margen para realizar acciones adicionales que le permitan afrontar los problemas económicos de la zona euro, pero no necesita medidas de emergencia.
"Sin duda, tenemos oportunidades adicionales. Puedo señalar que no estamos en recesión, tenemos tasas de crecimiento positivas. No es como si el BCE tuviera que abrir la farmacia de guardia ahora", dijo a la prensa cuando se le preguntó qué medidas aún puede adoptar el banco.
Previamente, Nowotny había asegurado en una conferencia sobre inversiones que era "una tontería" calificar al BCE como un banco malo por su plan de compra de valores respaldados por activos, con el que busca estimular la economía, aunque dijo que el enfoque debía ser más hacia la calidad que hacia la cantidad.
El BoE podría retrasar la subida de tipos
Por otro lado, Andrew Haldane, economista jefe del Banco de Inglaterra, ha defendido que los tipos de interés deberían permanecer bajos para evitar un estancamiento económico a largo plazo.
En una conferencia, Haldane se mostró pesimista sobre el futuro de la economía británica debido a la debilidad del crecimiento global, el bajo crecimiento de los salarios y los riesgos financieros y políticos. "Soy pesimista. Esto implica que los tipos deberían permanecer bajos por más tiempo de lo que esperaba hace tres meses".
Ayer, en pleno desplome bursátil, el presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, puso sobre la mesa la posibilidad de que el banco central estadounidense retrasara el fin de su programa de compra de bonos, el denominado quantitative easing (QE).