
El Tesoro Público ha cerrado una emisión de deuda con un resultado que hacía mucho que no se veía. En total, ha captado 3.200 millones de euros en bonos, cuando el máximo previsto eran 3.500 millones de euros. Las dudas con respecto a la economía de la zona euro que están afectando a la renta variable se han trasladado también a la renta fija española. La prima de riesgo española llegó a tocar los 165 puntos.
El organismo ha adjudicado 2.152 millones de euros en títulos con vencimiento a diez años, por los que ha abonado una rentabilidad media del 2,196% frente al 2,075% que pagó el pasado 2 de octubre.
Además, ha colocado otros 1.051 millones de euros en papeles a 15 años, por los que ha ofrecido un rendimiento medio del 2,842%, por debajo del 3,514% del pasado 8 de mayo, cuando se celebró la anterior subasta similar.
La demanda de los inversores también ha reflejado la incertidumbre y ha sido muy ajustada. En la referencia hasta 2024 se mantuvo en línea con la subasta de principios de mes, mientras que en en el bono a quince años el ratio de cobertura (veces que las peticiones superan a los títulos adjudicados) se ha reducido a casi la mitad.
"¿Lectura? Mal momento el actual para colocar deuda", resume José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
El Tesoro volverá a medirse en los mercados el próximo 21 de octubre, con una nueva emisión de letras a tres y nueve meses, con la que cerrará el programa de financiación de este mes.