
Basta un foco de incertidumbre para que salten todas las alarmas, y el mercado de materias primas tiene varios como es el caso del crudo por el conflicto de Irak o del gas natural por la tensión entre Rusia y Ucrania.
En este contexto, Irak se ha convertido en centro de atención, ya que el grupo del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) ha tomado varias ciudades del norte. En este sentido, Irak es uno de los mayores productores mundiales de petróleo (3 millones de barriles al día) y, aunque la mayor parte de su producción no proviene del norte, el ISIS se ha hecho con puntos estratégicos como la refinería de Baiji, la segunda más importante del país, o el oleoducto Kirkuk-Ceyhan.
Ahora bien, el verdadero peligro reside en si el ISIS fija en su punto de mira el sur del país, la región con más peso para la producción de petróleo de Irak. Esta tensión provocó que el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, y su homólogo en EEUU, el West Texas, subieran más de un 4% la semana pasada ante el temor de escasez.
"La producción del país está dividida en tres zonas (norte, centro y sur), con el único corte de suministro hasta la fecha de 600.000 barriles del oleoducto Kirkuk-Ceyhan (un 2% de la producción de la OPEC), que va de Kirkuk a Turquía. El mayor campo está en el sur, en Basra, que produce 2,6-2,7 millones de barriles diarios. El mayor peligro supone que el conflicto llegue al sur de Irak", explica Jaime Semelas, de Capital at Work.
¿Ha pasado lo peor?
No obstante, parece que el miedo inicial ha comenzado a disiparse. Al menos así se desprende de la sesión que vivieron el Brent y el West Texas. De este modo, el barril de referencia en Europa cayó un 0,4%, hasta los 112 dólares, mientras que el estadounidense retrocedió un 0,07%, hasta los 106 dólares. Eso sí, ambos se mantienen en niveles máximos desde septiembre de 2013.
"Un repunte puntual debido a un conflicto geopolítico no es importante de cara a estimar la evolución del precio del petróleo. Tan sólo repuntes causados por cambios sostenibles de la oferta o la demanda tienen impacto sobre la economía real", indica Tomás-García Purriños, de Cortal Consors.
Una visión que también comparten desde Citi: "Mantenemos nuestra opinión de que la lucha seguirá siendo limitada al norte y es poco probable que conduzca a la desintegración de Irak. También es poco probable que afecte a la infraestructura petrolera del sur del país".
En el caso de que esto sucediese finalmente y el ISIS atacase el sur de Irak, parece que aún así el precio del petróleo no sufriría en exceso, ya que, tal y como apunta Gabriel López, de ETX Capital, "si los 3 millones de barriles de producción que vienen del sur de Irak se ven afectados, Arabia Saudí ha comentado que podría cubrirlos pero todavía no ve ninguna necesidad para ello".
De hecho, "esta estrategia es la misma que siguió con las revueltas de Libia, cuando se incrementó la producción un 5%", señala Jaime Semelas.
Si bien es cierto que la mayoría de los expertos señalan que, en principio, el conflicto de Irak no presionará al alza el precio del crudo en los próximos meses, también lo es que existen otros puntos calientes que pueden influir en su cotización.
Es el caso de Nigeria, Angola o Libia: "A la situación de Irak se añade Nigeria, que continúa enfrentándose a sabotajes continuos, los más graves de los últimos cinco años, provocando una producción por debajo de 2 millones de barriles diarios (2,4 de media en los últimos diez años). Mientras, la producción de Libia continúa descendiendo debido a que las recientes protestas en el país han provocado el ataque a algunos pozos y el bloqueo de varios lugares clave para el suministro", incide García-Purriños.
Las dos caras de la moneda
El repunte vivido la semana pasada por los barriles de referencia a ambos lados del Atlántico también ha tenido su parte positiva, por lo menos para las petroleras, que han recogido en bolsa toda la incertidumbre desatada con el oro negro. En este sentido, las diez compañías más grandes del sector escalaron de media en bolsa un 2,3% desde que estalló el conflicto.
Sin embargo, también hay quién ha salido perjudicado, como es el caso de las aerolíneas, que al subir el precio de su materia prima, registraron una caída media del 4,4%.
