Bolsa, mercados y cotizaciones

Janet Yellen defiende la continuidad de los estímulos

Como bien sugiere el libro de estilo de cómo ser un buen presidente de la Reserva Federal, Janet Yellen, la próxima sucesora de Ben Bernanke al frente del banco central estadounidense, sorteó a los legisladores del Comité Bancario del Senado sin ofrecer grandes titulares. Básicamente, no vaticinó cambios en política monetaria y fomentó el entusiasmo de la bolsa del país.

Esta paloma por excelencia dijo que considerará la posible rebaja en la compra de bonos y activos respaldados por hipotecas, por valor de 85.000 millones de dólares mensuales, pero no mostró intención de modificar todavía el QE3. "Estamos tomando en cuenta los costes y la eficacia del programa en la medida en que avanzamos. En este momento, creo que los beneficios superan los costes", dijo ante la Comisión de Banca del Senado. "Considero imperativo que hagamos todo lo posible para promover una muy sólida recuperación. Lo estamos haciendo a través del mantenimiento de nuestro programa de compra de activos", añadió.

Sin embargo, los senadores allí presentes, especialmente del bando republicano, aprovecharon la ocasión para atacar como halcones a la actual vicepresidenta de la Fed. Mike Johanns, republicano por Nebraska, acusó al banco central de "dar caramelos" al mercado, que experimenta una "hiperactividad derivada del azúcar". Y otros como la republicana por Pennsylvania, Pat Toomey, tildaron la compra de bonos como "una inyección de morfina" mientras algunos, como Bob Corker, la definieron como elitista.

Con mucha calma y con semblante serio, Yellen hizo gala de su postura estoica e inamovible. "Es importante no quitar el apoyo sobre todo cuando la recuperación es frágil y las herramientas a disposición de la política monetaria a la economía son limitadas", dado que los tipos de interés a corto plazo están casi a cero, explicó. "Creo que podría ser costoso para la economía retirar los soportes o dejar de proporcionar el tamaño de ayudas adecuado", añadió. De todas formas, la primera mujer nominada para dirigir la Fed, dijo que es importante que esta institución comience a deshacer sus políticas de dinero barato cuando sea preciso.

De acuerdo a su comparecencia, la actual funcionaria de la Fed, observa "avances significativos" en el mercado laboral, pero todavía no lo suficientemente rápido. Desde su punto de vista, el programa de flexibilización cuantitativa "baja los tipos de interés" a largo plazo y "afecta a los precios de los activos", esto favorece la compra de coches y viviendas. Según dejó claro, la onda expansiva del QE se extiende por toda la economía "y ofrece beneficios para todos los estadounidenses". El objetivo de la compra de bonos y activos es que con una recuperación más fuerte, a los desempleados "les resultará más fácil conseguir trabajo".

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