La historia se repite. En Europa la crisis política desatada en Italia volvió esta semana a poner a prueba la solidez del euro -principalmente a España-, mientras que en EEUU la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para elevar el techo de gasto dejó otra vez la puerta abierta a una posible suspensión de pagos del país. ¿Déjà vu? No es la primera vez que Europa tiene que digerir esta hipótesis y cada vez es menor la credibilidad que le dan los mercados.
Las bolsas de Italia y España fueron las más alcistas de la semana en una Europa en la que las pérdidas de los principales índices no alcanzaron en ningún caso el punto porcentual.
El Ibex 35 recuperó los 9.400 no vistos desde julio de 2011 después de sumar su quinta semana consecutiva de subidas. Repuntó un 2,09%, tras anotarse un 1,35% con el impulso cercano al 3% de la banca, y cerró en los 9.420,9 puntos. "El sector ha celebrado que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha comentado que el déficit público podrá acabar el año en el 6,5% previsto (...) y que no resulta infundado pensar en que la recuperación económica es una realidad. A lo que se le sumó además que la Sareb podría estar a punto de cerrar su mayor venta hasta la fecha -de más de 300 millones de euros-", explica Daniel Pingarrón, de IG.
Mínimo margen de crecimiento
El rebote desde mínimos anuales de la bolsa española ronda ya el 25% y la media de los expertos consultados por elEconomista apuntan a que el Ibex 35 tiene sólo un mínimo margen del 0,5% adicional, hasta los 9.465 puntos, de aquí a final de año.
Los analistas más escépticos señalan que el índice está algo sobrevalorado teniendo en cuenta los beneficios de las compañías y apuntan que la temporada de resultados (en España comienza el día 15 con Zardoya) será clave para poder ver el típico rally de fin de año. Y es que en estos momentos la bolsa española es la más cara de Europa al cotizar a un PER -veces en que el beneficio está en la acción- de 14,2 veces, frente a la media de 12,56 veces del presente ejercicio.
"No descartamos que pueda haber una recogida de beneficios sobre todo si se intensifican las tensiones. A la espera de que los resultados puedan llevar a hacer ajustes de valoraciones, actualmente el precio objetivo del Ibex se encuentra en torno a los 8.900 puntos aunque los 9.000 podrían funcionar como soporte", explica Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank. Mirabaud incluso sitúa la corrección del Ibex hasta niveles de 8.000-8.500 a final de año.
Óscar Germade, de Cortal Consors, se mantiene más optimista al señalar el objetivo del índice en la zona de los 9.200 y los 9.400. No obstante, el analista técnico deja las puertas abiertas a los 10.000. "No descartamos que puedan producirse revisiones al alza de los beneficios por acción (BPA) dada la mejoría macro y en ese caso no descartamos un Ibex 35 en los 10.100 para los próximos meses", señala. Los 10.000 puntos son un objetivo que también comparten en Unicorp y en Dif Broker. "Pensamos que puede haber volatilidad hasta el 16 de octubre -fecha límite para ampliar el techo de gasto en EEUU-, pero entendemos que finalmente habrá acuerdo y los resultados empresariales del tercer trimestre nos deberían facilitar el rally hasta las proximidades de los 10.000", explica Miguel Ángel Paz, de Unicorp.
Al margen de las previsiones de las casas de análisis, lo que es ya un hecho es que el sector bancario sigue tirando del índice. Buena prueba de ello es que tres de los siete valores que marcaron máximos anuales al cierre semanal fueron BBVA, Bankinter y CaixaBank. Aunque el valor más alcista fue Sacyr, con un repunte del 7,55% coincidiendo con el anuncio de la puesta en venta de Vallehermoso, le siguieron CaixaBank y Bankinter, con alzas de más del 5%.
Precisamente fue el impulso del sector financiero lo que también colocó al Ftse Mib italiano como el aventajado de Europa. El indicador transalpino rebotó un 3,73%, seguido del 0,31% que se anotó el EuroStoxx 50. El resto de las principales bolsas del continente no aguantaron en positivo, pero las caídas oscilaron entre el 0,44% del Dax alemán y el 0,9% del británico Ftse 100.
Al otro lado del charco, Wall Street se quedó sin una de las referencias más analizadas por la Reserva Federal. El cierre parcial del Gobierno dejó a los mercados sin el dato de empleo de septiembre -se esperaba una creación de al menos 180.000 puestos de trabajo- y las posturas alejadas entre republicanos y demócratas para elevar el techo de gasto arrojó pérdidas semanales de entre el 0,07% del S&P 500 y el 1,22% del Dow Jones. Aunque el mercado no contempla que EEUU pueda llegar a suspender pagos, cubrirse contra el impago del país se sitúa en máximos desde abril al situarse los CDS por encima de los 40 puntos básicos. Las consecuencias también se apreciaron en la divisa: el tono optimista de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) y las tensiones en EEUU llevaron durante la semana al euro a rozar máximos anuales al cambiarse a 1,3619 dólares.
La prima se relaja 22 puntos
El mercado de deuda español superó y con nota el bache que Italia le puso a comienzos de semana con la dimisión en bloque de los ministros del partido de Silvio Berlusconi presentes en el gobierno de Enrico Letta. Nuestra prima de riesgo, medida por la diferencia entre el bono español a diez años y el bund alemán, saldó la semana con la mayor caída en siete semanas al descender desde los 258 a los 236 puntos básicos.
En esta ocasión la caída del diferencial encontró explicación en las compras de bonos españoles, que hicieron caer la rentabilidad de la deuda en el secundario del 4,362 al 4,206% en la semana, y en las ventas del bund alemán -su rendimiento subió del 1,778 al 1,841%-.
La relajación en el mercado de deuda también se apreció en el primario. El Tesoro Público español colocó a menores intereses un total de 3.509 millones de euros en bonos a cinco años y obligaciones a diez años. Con esta última subasta el organismo tiene ya cubierto el 86,2% del programa de financiación a medio y largo plazo (es decir, 104.545 millones de euros del objetivo de los 121.300 millones de euros).

