
Los productos de deuda pública ganaron un 10,2% en 2012, frente al 4,2% del Fondo, por ello los expertos reclaman una diversificación y gestión profesional del dinero de la jubilación
Si hay un asunto clave sobre el que debatir ahora y en los próximos años, ése es la reforma del sistema de pensiones. Esta misma semana la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ya ha avanzado que la época en la que la cuantía de las pensiones públicas se actualizaba en función del IPC ha llegado a su fin. A la postre, esto se traduce en que es posible que haya ejercicios en que la cuantía de las pensiones no se actualice en función de la inflación y, por tanto, que se incurra en pérdidas de poder adquisitivo para los jubilados. Y eso en un país como España en el que las pensiones públicas cubren más del 80 por ciento del salario medio de los ciudadanos, frente al 42 por ciento de la media de la OCDE, no es muy buena noticia.
En este punto vuelven a cobrar relevancia las recomendaciones de los expertos que apuntan a la necesidad de contratar planes de pensiones privados para complementar una pensión pública cada vez más menguante. Pero no sólo los españoles deben mentalizarse de esta necesidad de maximizar el ahorro presente para disfrutarlo en el futuro. También debe hacerlo la propia Administración. Más teniendo en cuenta que en 2012 el patrimonio del Fondo de Reserva de la Seguridad Social cerró con caídas por primera vez en su historia, al pasar de 66.815 a 63.008 millones de euros, tras tener que usar 7.000 millones para garantizar el cobro de las pensiones. Cifra que, gracias a los rendimientos que el Fondo obtuvo de sus inversiones, se quedó finalmente en 4.000 millones.
Sin embargo, aún manteniendo el estilo extra conservador del fondo de pensiones español, una gestión privada podría haber triplicado las ganancias obtenidas el año pasado. De hecho, mientras que la rentabilidad de Fondo de Pensiones fue del 4,2 por ciento en 2012, el rendimiento medio obtenido por los diez grandes fondos de inversión de deuda pública de la eurozona de venta en España fue del 10,2 por ciento, según los datos de Morningstar, casi el triple de lo logrado por el Fondo de Reserva.
Esto hubiera convertido los 63.008 millones de euros con los que el año pasado el fondo cerró en 67.065, lo que podría haber permitido acabar 2012 con un aumento patrimonial, incluso descontando los 7.000 millones a los que recurrió el Fondo para pagar las pensiones. Es por ello que los expertos consultados por elEconomista incluyen la delegación de la gestión del fondo en manos profesionales especializadas en la gestión de activos como una de las soluciones para optimizar sus rendimientos. La otra propuesta pasa por diversificar la cartera, ahora concentrada en un 97 por ciento en deuda pública española. "El Estado debería gestionar los recursos de la mejor manera posible y lo ideal sería utilizar profesionales especializados en la gestión de activos y diversificar gestores y activos", afirma Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis.
Y es que, como recuerda Xavier Bellavista, director del área de inversiones de Mercer, "no tener nada de renta variable en la cartera no es necesariamente más prudente que tenerlo todo en renta fija". El problema es que la opción de invertir parte del patrimonio del Fondo en bolsa ha pinchado cada vez que algún Gobierno lo ha propuesto -el último fue el del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero- y eso a pesar de ejemplos de fondos de reserva como el de Noruega, Francia o Irlanda, que destinan entre un 20 y un 60 por ciento a la inversión en acciones. No hay que olvidar que la gestión pública del Fondo de Reserva de la Seguridad Social y su nula diversificación no deja de ser una de las grandes excepciones en el mundo. De hecho, según el informe de la OCDE Pensions at a Glance de 2001, España es, junto con EEUU y Bélgica, el único país que invierte todo el patrimonio de su Fondo de Reserva de la Seguridad Social en deuda pública.
No en vano, la inversión en bonos españoles está en la actualidad en máximos, ya que hay que remontarse a 2003 para encontrar una cifra tan alta invertida en deuda pública española. Una falta de diversificación que, si bien no preocupa al ministerio de Empleo -Báñez ha afirmado que no considera "peligroso en ningún caso" que se invierta el 97 por ciento del patrimonio en deuda pública-, quizá sí debería hacerlo de cara al futuro. "El año pasado la deuda pública española tuvo muy buen comportamiento, pero a partir de ahora será más difícil encontrar rendimientos tan altos", afirma Ángel Martínez Aldama, director de Inverco.