
Portugal ha desatado los nervios en los mercados europeos. Además de las caídas que se han registrado en la bolsa lusa, la renta fija no se ha librado de las tensiones y hoy la rentabilidad del bono portugués a diez años ha superado el 7%, un nivel que no había tocado en todo 2013. Esta situación ha afectado a la deuda de los países periféricos de la zona euro y la prima de riesgo española ha subido hoy con fuerza. El presidente de Portugal se reunirá con los principales partidos para solucionar la crisis.
En concreto, el diferencial de la rentabilidad ofrecida por los bonos españoles a diez años con respecto a sus homólogos alemanes ha cerrado la jornada en 310 puntos básicos, desde los 292 puntos a los que cerró ayer. El interés de la deuda española a una década subió hasta el 4,7%.
Por su parte, el riesgo país italiano subió hasta los 284 puntos puntos básicos, desde los 273 en los que terminó la pasada jornada. En este caso, el interés ha ascendido al 4,5%.
Portugal, el epicentro
La creciente tensión política en Portugal, tras la dimisión de los ministros de Finanzas y Exteriores, ha vuelto a situar a la periferia europea en el centro de las preocupaciones de los mercados.
"Portugal es el tema central hoy y los bonos periféricos se debilitan", indica Rainer Guntermann, estratega de Commerzbank, en declaraciones a Bloomberg. "Esto podría tener implicaciones para Portugal a la hora de volver al mercado en busca de financiación, lo que podría retrasarse o ser mucho más difícil", añade.
Ayer, el primer ministro luso, Passos Coelho, se dirigió al país tras el anuncio de la dimisión del titular de la cartera de Exteriores, Paulo Portas. El mandatario aseguró que no iba a aceptar la decisión de su ministro, que se produjo un día después de que el ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, renunciase a su cargo. Passos Coelho insistió en que no abandonará sus funciones al frente del Gobierno y que trabajará por recuperar la calma.
Portugal prepara nuevas medidas de ajuste, rechazadas por todos los partidos de la oposición, para cumplir los compromisos del rescate financiero concedido hace dos años por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero pese a este esfuerzo, la pasada semana la troika aseguraba tras su visita al país que Lisboa no será capar de cumplir con la hoja de ruta de recortes y reformas.
"A largo plazo, el riesgo es que sea necesario un nuevo rescate financiero", apunta el experto de Commerzbank.